Opinión

Memoria/Mano negra (Francisco Pimentel)

Andalucía y más concretamente Ronda han sido históricamente tierra de hombres libres que amamos la libertad y la ejercitamos. Ya en la antigüedad éramos admirados por los griegos que decían de nosotros que no teníamos jefes ni reyes y que sin embargo todo funcionaba y éramos la tierra más feliz del mundo. Con la civilización romana, que algunos dicen heredera de los tartésicos o atlantes desplazados por el cataclismo, fuimos firme defensores de la república, a tal punto que la batalla definitiva entre Pompeyo y César fue por aquí en un lugar denominado Munda, que unos dicen que fuera en Monda, otros en Montilla o bien en Ronda La Vieja. Luego cuando la desgracia de la destrucción del imperio romano por los godos y la curia, en Andalucía nos liberamos de su barbarie en poco tiempo y durante 800 años fuimos la más avanzada civilización hasta que hace 500 los descendientes de los francogermanos que habíamos acogido nos conquistaron para compensar la pérdida de Constantinopla y nos convirtieron en su colonia hasta hoy.

Aunque nunca hemos dejado de luchar para recuperar nuestra voz y levantar nuestra cabeza según la época estando nuestra gente entre los pensamientos más avanzados del mundo. En la época de mediados del siglo XIX los pueblos habían sufrido la transformación impuesta por la burguesía y el capitalismo producía el proletariado, la gente de desposeída de todo solamente tenía su fuerza de trabajo para subsistir.
En Andalucía la sequía de 1881-1882 provocó cosechas muy malas, hambre y crispación social, se asaltaron tiendas y ocupaciones de fincas y protestas por la falta de trabajo y por la carestía de la vida. La gente pedía a los ayuntamientos que les diera trabajo en las obras públicas. Una de las manifestaciones más importante se produjo en Noviembre 1882 en Jerez donde intervinieron la Guardia Civil y el Ejército, produciéndose unas sesenta detenciones, aunque hubo muy pocos casos de agresiones personales y los alborotadores rara vez se enfrentaban directamente a los guardas de los cortijos y mucho menos a la Guardia Civil.

La crítica situación que estaban padeciendo los jornaleros andaluces fue incluso denunciada por el diario El Imparcial que publicó un editorial con el significativo título de «El hambre» en el que hablaba del «pavoroso problema de Andalucía», donde «un pueblo hambriento» saqueaba panaderías y carnicerías y para el que sólo existían tres opciones: «O la limosna, o el robo, o la muerte». Así fue como en 1882 se fue extendiendo la idea entre los jornaleros de la Federación de Trabajadores de organizar una gran huelga para tener trabajo o mejorar sus salarios.

Y es aquí donde de pronto parece la historia de la “mano negra” una presunta organización anarquista en la “región española de Andalucía” a la que se le atribuyen asesinatos e incendios de cosechas y edificios, siendo el coronel jefe de la Guardia Civil el que envió al gobierno una copia del «reglamento» de una organización secreta llamada «la Mano Negra» por el que se regían «los socialistas» y que constituía la prueba de que esa organización clandestina estaba detrás de los «incendios, talas de montes y arbolados, heridas o asesinatos». En pocas semanas había más de 5.000 jornaleros encarcelados y la proyectada huelga fue desbaratada. En la mayoría de los casos el motivo por el que se les detenía no era la pertenencia a la Mano Negra, sino a la Federación de Trabajadores, según puede comprobarse en los informes enviados al Ministro de la Guerra y conservados en el Archivo Militar de Madrid.

De la autenticidad de los documentos que la Guardia Civil afirmó haber encontrado debajo de una piedra y de su valor como prueba de la existencia de la Mano Negra todo exhala el tufo de un documento fabricado como lo probaría por ejemplo, según Tuñón de Lara, el siguiente párrafo: «Habiendo sido la Asociación de Trabajadores puesta fuera de la ley por los Gobiernos burgueses, imposibilitándola por este motivo para resolver pacíficamente la cuestión social, y de cuya resolución no se puede prescindir, ha tenido que convertirse en organización revolucionaria secreta para llevar a cabo la revolución social violenta». Para Josep Termes, la Mano Negra fue una invención de la policía.
Ahora es deseable que cuando elijamos a nuestros representantes políticos sepamos qué nivel de cultura tienen porque las afirmaciones publicadas por la ex-alcaldesa y lo discurseado por su compañero concejal ambos del P.P. sobre una “mano negra” actual en Ronda demuestran que son ignorantes de la historia o que quieren usar las mismas invenciones de la policía de la derecha de hace 130 años para desprestigiar a nuestra gente. Algo parecido a lo que hizo Franco durante 40 años con nuestros familiares y paisanos.


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