Opinión

Aprender y desaparecer (Manuel García)

En general, el que busca la paz pretende momentos de soledad que es donde casi siempre se encuentra, rehúye de los que le transmiten cosas que no quiere oír. Aunque parezca extravagante, callando se aprende a oír, oyendo es como se aprende a hablar y luego hablando, se aprende a callar.

Del conocimiento nadie huye pero el aprendizaje no siempre está ligado al que más sabe, tiene que ser muy aburrido vivir siempre al lado de alguien que lo sepa todo y esté siempre dando lecciones gratuitas por doquier. La salida de clase ha sido siempre muy reconfortante para todos, el recreo y el hasta mañana al maestro era sin duda un soplo de vida y libertad. Ahora estamos comprendiendo mas y mejor que la gran fuente del conocimiento es la intuición y las emociones porque el deseo se despierta con ellas y no la razón como siempre hemos tenido en carpeta, máxime si siempre, de pequeños hemos tenido que entrar por la razón, discreción y criterio de los mayores; cada vez más los textos tienen más fotos y dibujos, escenas que se brindan al estudiante la posibilidad de hacer su propio juicio sobre las cosas. Sydney Brenner, nobel de medicina en el año 2002, dijo que los que más me enseñaron eran los que menos sabían de lo mío, es mucho decir, pero el aprendizaje hay que ayudarlo con el deseo y es una cuestión de décadas y no de días. Guardar algo en la memoria y grabarlo en el disco duro, por así decirlo, es una cuestión de mucho tiempo que a veces puede aburrir al más pintado y por eso hay que estar ilusionado con lo que se hace, hay que disfrutar con lo que se investiga, con lo que se crea, con lo que se estudia. Un proverbio chino casi seguro como casi todos los chinos debido a Confucio, decía: Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida. Cuando el trabajo es un placer la vida es bella, pero de lo contrario, puede ser una esclavitud. No me canso de trabajar, no me canso de disfrutar, decía Miguel Ángel.

Si bien es dilatado y arduo el aprendizaje también resulta muy laborioso desarticular de nuestras mentes lo desechable de la instrucción, ciertos vicios adquiridos en nuestra existencia que no encajan con la vida que queremos llevar. ¿Si todo cambia constantemente incluso la estructura del a materia, cómo vamos a estar imperturbables toda la vida?. Renovarse o morir es un eslogan que viene muy a cuento con el tema en cuestión, aunque morir sea mucho decir, si que conviene cambiar para mejorar. El que esté completamente contento consigo mismo puede disfrutar de ello son ningún rodeo.

Todas las personas tienen arraigados una serie de hábitos que tienen notable influencia en sus vidas, hasta el punto determinar los éxitos y los fracasos en diversas actividades. Es por ello que es de suma importancia fijar la atención en las conductas recurrentes que tenemos incorporadas que como se han ido labrando tan lentamente, no hemos podido detectar. Muchas de estas son totalmente inconscientes, por lo que es necesario algún grado de introspección para identificarlas. La mayoría, empero, pueden vislumbrarse con facilidad, porque siempre nos estamos mirando en el espejo de los demás que son quienes las detectan, aunque es difícil y lento tanto incorporar una como eliminarla si es necesario.
Los malos hábitos tienen consecuencias negativas para nuestras vidas, siendo fuentes de insatisfacciones y muchas veces provocan una lucha interna que nos hace no estar contentos consigo mismos aún teniendo perfectamente identificado el problema.

Desprenderse de malas conductas asiduas puede ser más duro y difícil que adquirir nuevas mejoras en tu calidad de vida corroborando que es más fácil aprender que desaprender.


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