Opinión

Consejos vendo que para mí no tengo (José Juan Morales)

La campaña mediática iniciada contra un periodista por mostrar su desacuerdo con unas palabras expresadas por la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, hicieron saltar mis alarmas conspiranoicas. Vaya por delante, tanto por convicción como por miedo a ser el nuevo objetivo de los Carmeniers, que tengo una sincera y profunda admiración tanto por la figura como por la actuación —hasta el momento— de la alcaldesa de la capital, quitando quizás la elección de alguno de sus concejales que desprenden un insoportable hedor a revanchismo rancio. Pero he de decir que lo que no comparto para nada es esa defensa indiscriminada y a ultranza que hacen de ella muchos de los que a su vez no vacilan en pedir espíritu crítico y responsabilidad para los políticos del “otro bando”.

Creo, además, que Manuela Carmena debe ser la primera que no esté a favor de esta sobreprotección que tiene por parte de sus más afines acólitos. Muchos de los que creen defenderla, creo que subestiman las capacidades de la alcaldesa de Madrid al salir al quite de cualquier discrepancia descalificando al emisor de la misma. Puede ser que Manuela Carmena tenga una edad avanzada, pero a mí me parece que no es ninguna abuela tontita y chocha, sino una señora experimentada, con sobrados conocimientos y que, además (y quiero creer que esta cualidad es la que hace que muchos la sobreprotejan) posee un carácter extremadamente conciliador y afable, rara avis en los tiempos de sectarismo que corren.

Me preocupa, pues, que se haya perdido toda esperanza de sentimiento crítico y ponderado en este dichoso país —o lo que sea, y quede de él— y que estemos condenados a reducirlo todo a la lucha de los dos bandos, mirando antes la solapa que escuchando lo que se dice. ¿Ha vencido inexorablemente el sectarismo a la razón?

Si los nuevos partidos, o la nueva política, quieren seguir gozando de credibilidad tendrán que estar dispuestos al escarnio y expolio de otros con intenciones menos honestas y asumir el papel que a cada cuál le corresponda, puesto que donde antes abundaban fiscales ahora me sobran abogados defensores.


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