Opinión

Vicente Becerra, todo un señor (Daniel Harillo)

Acabo de despedir al mejor compañero de corporación que la política me ha dado la oportunidad de conocer. Escribir sobre Vicente Becerra es sencillo pues se trata de un personaje que forma parte de la historia de Ronda, ha sido impulsor y dinamizador en muchos ámbitos de la ciudad.

Lo recuerdo junto a su gran amigo Ángel Harillo fundando el grupo “Los bandoleros”, qué buenos ratos pasaron llevando por toda España, Portugal, Marruecos… la música andaluza. Este grupo nació de una junta de festejos organizada para la recuperación de fiestas y tradiciones de Ronda al inicio de la democracia. Se lo tomaron tan enserio entre lo que recuperaron destaca los carnavales y la Romería de la Virgen de la Cabeza, Patrona de la Serranía, de la cual no sólo fue el primer hermano mayor de la democracia sino que luchó por darle el realce que merecía, fue uno de los servicios a la ciudad que más orgulloso se sentía pues contó con la ayuda del Sacristán de la Iglesia Mayor, trabajar con su padre le llenó de felicidad. Y esta es una de sus características principales el contagiar ese entusiasmo y esa alegría que desbordaba cuando se implicaba.

Polifacético en su vida, destacó como representante sindical en la Caja de Ahorros de Ronda, tan coherente que casi pierde su puesto de trabajo al manifestarse públicamente contra la fusión de la misma, que para todos fue la desaparición de nuestra amada caja, culminando en lo que hoy se conoce cono Unicaja; fue perseguido por defender a su Ronda, así de visceral era y será para la eternidad Vicente, anteponía su corazón a la razón. Creo que esa su clave de éxito, sabíamos que era todo corazón, por eso entendíamos sus arranques, sus desvelos por todo lo que le rodeaba.

En su trabajo profesional defendió al trabajador desde el comité de empresas que llegó a presidir, esa lucha le hizo entrar en a la vida política dentro del Partido Andalucista. Puedo afirmar que con él acaba una etapa municipal de verdadero andalucismo desinteresado, con disposición a trabajar gratuitamente para su ciudad.

Vivió más que muchos de su generación pues supo saborear todo lo bueno que Andalucía le ofrecía, conocía la fiesta desde su organización a su disfrute, hasta que encontró a la mujer de su vida, una fiel compañera que se ha desvivido por hacerle la vida más fácil, por llenarle de amor y ternura cada minuto del día, fruto de ese amor con Juani nació la razón de su vivir, su mayor desvelo a la hora de marcharse a la casa del Padre su hija Berta.

Ha sido tan luchador en la vida como a la hora de abandonarla, lo hemos podido comprobar cómo sacó fuerzas para organizar prácticamente sólo las Navidades, pues no le ayudaron tanto cargo de confianza como tiene el partido que le ha estado dando la espalda y arrinconándolo en estos años de sufrimiento con su enfermedad. Menos mal que contaba con el apoyo personal y político de Mari Paz Fernández, “este le ha dado oxígeno e ilusión para culminar su trabajo”, como bien dijo el día antes de morir. Testimonio que quedará en nuestros recuerdos, coraje acompañando la comitiva de los Reyes Magos hasta la Merced, fuerza y señorío hasta que su cuerpo castigado le llevó terminado su trabajo a ingresar en el hospital del que ya no saldría vivo.

Si fantástico ha sido trabajo, no menos ha sido su despedida. Sus hermanos: Antonio, Curra, Pepa, Pilar, María Dolores y Yayo, así cómo su mujer y numerosísimos amigos hemos podido reir, cantar y sobre todo hablar y dejarnos maravillar por la experiencia cercana a la muerte que ha tenido mientras se marchaba. Nos ha dejado un testimonio que ninguno olvidaremos y que es difícil explicar con palabras. Dios le ha permitido una muerte sin sufrimientos, con una lucidez impresionante, hasta el último momento se preocupaba por sus amigos, por la ciudad y sobre todo por la pena de abandonar esta vida sin culminar lo más importante envejecer con su mujer y criar a su hija.

Me cuesta escribir este artículo, pues la emoción me llena. Si algo tengo claro es que hoy se ha ido para mí una referencia personal y política de la que Dios me ha permitido disfrutar. Se que nunca me voy a despedir de su fidelidad, de su cabezonería, de su fuerza y sobre todo de ese gran corazón que no sabía decir que no. Se ha llevado el reconocimiento de una sociedad entera que ha visto cómo se desvivía en organizar unos festejos sin dinero pero con muchísimos amigos que no han podido decirle que no cada vez que ha ido llamando a sus puertas, y les aseguro que han sido muchas. Vicente tu honradez, caballerosidad y saber estar perdurarán en nuestro corazones hasta la eternidad.

Seguro que has montado una buena con tus grandes amigos Manolo Cañestro y Ángel Harillo. Hasta que nos volvamos a ver, esta vez en la casa del Padre. Nunca te olvidaré amigo.


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