Opinión

Es la hora (Daniel Harillo)

Empieza el año y se nos prometen brotes verdes, que complicado está todo. Es cierto que parece que la situación está mejorando, pues hay más movimiento en las ventas de vehículos y de otros bienes; pero en el diario no lo notamos, miramos nuestra cartera y está igual de ‘pelá’ que hace unos meses. Esta situación se está convirtiendo en insostenible para muchos hogares, hay familias que están al borde de la extenuación, por eso más que nunca necesitan esperanza, pero esperanza real, no nuevas mentiras que les den ilusiones en algo que no va a llegar.

La vida política, hoy, es más complicada que nunca; no existe una barita mágica que ayude al político  a mejorar la realidad, a cambiarla a capricho  o a cambiar aquello más negativo. Es verdad que no existe y sin embargo les pedimos que hagan algo, que a golpe de mando cambien todo aquello que hace que la juventud más preparada de la historia emigre, que familias enteras acudan a comedores sociales, que abuelos mantengan a los hijos y nietos,…

Ronda es un reflejo de lo anterior, se, lo se bien, que el ayuntamiento no tiene la solución al paro, a cubrir las necesidades de nuestra ciudad completamente, pero a pesar de ello llega el momento de pedir a nuestros dirigentes que utilicen el ingenio, que salgan a la calle, que se movilicen. No podemos seguir así, ha llegado el momento de exigir apoyo para la ciudad y para los ciudadanos.

No pretendo hacer una carta a los Reyes Magos, sino exigir a nuestro ayuntamiento, a nuestros políticos que nos ilusionen, que busquen aquello que necesitamos, que ofrezcan terreno, que negocien el uso del suelo sacando el mayor beneficio para la ciudad, que incentiven a los empresarios para que generen puestos de trabajo, que promocionen a la ciudad para atraer un mayor número de visitantes,… No pido lo imposible.

Quiero que se nos ilusione, que nos llenen de esperanza, que nos devuelvan la fe en la política. Después del gran esfuerzo realizado en pagar todo lo que se debía, no se puede seguir llorando, no se debe seguir lamentando. Ha llegado la hora de dar la vuelta a la tortilla, de trabajar para reinventarnos, si fuera ello necesario.

No es imposible, y si lo fuera hagámoslo posible. Queda poco para las próximas elecciones y la ciudadanía esperará resultados. La gestión hasta ahora ha sido buena, pero no se ha hecho más que preparar la cocina y los materiales a cocinar, ahora llega el momento de cocinar los alimentos que sacien a los votantes. Por ello deseo toda la suerte del mundo y toda la ilusión en la tarea encomendada, que se una trabajo y tesón para conseguirlo.


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