Opinión

La mejor alcaldesa de la historia (Manuel Ramírez)

La crisis económica actual no deja de ser real por más que nos conste la artificialidad de su génesis, y por evidente que haya sido su creación en pos de una ingeniería social tendente a enriquecer a unos pocos empobreciendo a todos los demás. Maniobra imposible, si con anterioridad una profunda crisis de valores no hubiese hecho mella en la  ciudadanía.

Una tercera y menos mencionada crisis, la política, es de las tres la única que todavía no ha tenido repercusión sobre sus actores. En todos los niveles de poder se repiten una y otra vez las mismas personas que desde su miopía política e intelectual no solo no fueron capaces de prever y modificar, sino que colaboraron en la sucesión de acontecimientos que ahora vivimos. Los mismos que pretenden hacernos creer que hacen todo lo posible para regenerar un problema creado por ellos

A ras de suelo, se puede observar como los distintos alcaldes que Ronda ha tenido a bien elegir no son más que alumnos avanzados de su tiempo. Todas las decisiones tomadas por los sucesivos alcaldes fueron fruto de la corriente imperante, que a la postre ha desembocado en una inevitable caída libre.

Cuando comenzaron a endeudarse los Ayuntamientos, en Ronda se batían marcas. Para pagar esos créditos se vendió el agua. Había que generar ingresos y comenzaron a recalificar. Volvieron a derrochar y aumentaron los créditos. Ahora la corriente  lleva a los recortes como única solución.

Esta suicida dinámica no impedía que una y otra vez se calificara a cada alcalde como el mejor de la historia. Ya se sabe que corifeos y exégetas padecen de memoria y el rabillo de pasa no esta incluido en su dieta. El Mesón del Escudero ha sido testigo de alguna comilona para tan alta distinción.

En la actualidad toca recortar y nuestros próceres locales se ponen a ello con admirable denuedo. Nuestra alcaldesa ha debido perder aquellos pliegos de deslumbrante papel satinado que repartía en campaña, donde dibujó todas las soluciones que decía tener y todos los proyectos que quería hacer. Llegada al sillón, el satinado perdió el brillo y a recortar se ha dicho.

Sin proyectos, desenterró los viejos del pasado, al igual que sus antecesores no será capaz de concluir ninguno. Los Merinos mantienen un curso judicial por ella provocado. EROSKI también tiene su proceso judicial pero sazonado con la recompra de un agujero que se llevó por delante la piscina municipal. El Centro de visitantes acumula más nones que sies. Para imitar aún más a los pretéritos, la señora Fernández incapaz de terminar el PGOU recalifica. Incapaz de generar ingresos intenta vender patrimonio.

Como en el pasado, tarde o temprano, cena en el Mesón del Escudero con nombramiento incluido como la mejor alcaldesa de la historia.


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