Opinión

Memoria/Mártires (Francisco Pimentel)

Encontrar y exhumar a nuestros familiares republicanos desaparecidos y asesinados por el fascismo ha sido el objetivo oculto de nuestras vidas. Durante 40 años la represión de la dictadura impedía que pudiéramos buscarlos. Los franquistas negaban su existencia. Habían hecho desaparecer la República Española haciendo desaparecer a los españoles republicanos, que eran los mejores españoles, que eran la aristocracia de los trabajadores, obreros, campesinos y artesanos.

Después vivimos la esperanza frustrada en la que llevamos casi otros 40 años. Gracias a algunos resquicios legales y algunas personas honradas hemos podido comenzar a buscar a nuestros mártires republicanos. No se trata de desenterrar huesos. Tratamos de que a través de las exhumaciones tengan un entierro digno de héroes que fueron. Divulgar sus gestas de resistencia a la oscuridad del fascismo para que tengan verdad, justicia y reparación.

Como sigue diciendo el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas en sus observaciones: “Las familias de los desaparecidos en España quieren conocer la verdad sobre la suerte o el paradero de sus seres queridos. Se han creado varias asociaciones de víctimas y hay una vibrante sociedad civil en España que trabaja con ese objetivo. El Grupo de Trabajo ha constatado en varios casos una falta de vínculos y comunicación entre los grupos de víctimas y las autoridades estatales. Los grupos de víctimas, en particular las asociaciones de familiares, no han sido debidamente consultadas ni tenidas en cuenta en el proceso de creación de mecanismos de justicia de transición, lo que resultó en que los mecanismos establecidos no hayan sido suficientes y eficaces. El Grupo de Trabajo insta al Estado español a establecer un proceso regular de consulta con los familiares y las asociaciones de familiares así como a proporcionarles un mayor apoyo institucional y financiero para que puedan jugar un papel fundamental en las cuestiones relativas a las desapariciones forzadas. En España no existe una entidad estatal con la responsabilidad de ocuparse de todas las cuestiones relativas a las desapariciones forzadas, incluyendo el establecimiento y la gestión de una base de datos central sobre las desapariciones. El Grupo de Trabajo observa que existe una fragmentación y dispersión de la información disponible sobre las desapariciones forzadas durante la Guerra Civil y la Dictadura. Esta información no está centralizada y produce confusión, entre otros, sobre el número de desapariciones forzadas. Una base de datos central es crucial para promover la transparencia, la precisión y certeza sobre la persona desaparecida. Se necesita disponer de datos estadísticos, en particular con el objetivo de aclarar y distinguir entre víctimas de ejecuciones y desapariciones forzadas. Los datos deben desglosarse por sexo, edad, zona geográfica, y el tipo y la ubicación del lugar de desaparición. Estos datos también deben incluir información sobre la fecha y el lugar de enterramiento y eventual exhumación e identificación y la información sobre los miembros de la familia. El Grupo de Trabajo considera que es imprescindible crear una entidad estatal con pleno apoyo institucional encargada de ocuparse de todas las cuestiones relativas a las desapariciones forzadas, incluyendo el establecimiento y la gestión de una base de datos central sobre las desapariciones y reagrupe la información generada por distintas asociaciones de memoria histórica y grupos de investigación. El Grupo de Trabajo entiende que la base de datos elaborada por el Juzgado de Instrucción Penal n° 5, que contiene información sobre más de 114.000 victimas, debería ponerse a disposición del publico de manera inmediata.”

Y así celebramos una vez más el homenaje a nuestras víctimas de la guerra civil en nuestro país que sigue teniendo uno de los tristes records de más fosas comunes del mundo, este año hemos comprobado fehacientemente que los testimonios orales eran ciertos y ahora toca recuperar, identificar y dignificar a nuestros mártires de la libertad, la igualdad y la fraternidad para que Ronda y los pueblos de la serranía tengamos paz en el corazón.


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