Cuentan la afición de Juan Fraile a ir dejando sobre el mostrador de los bares por donde pasaba quinielas electorales confeccionadas sobre humildes servilletas de papel que luego el dueño del bar guardaba celosamente hasta el día de los comicios, más que nada por la curiosidad de comprobar si finalmente acertaba el pronóstico y alcanzaba los “catorce”. No sé hasta donde pudieron influir en los votantes las quinielas del memorado Fraile, pero que se recuerde las estuvo acertando hasta que el GIL le rompió el vaticinio.
Aunque un año y medio en política pueda parecer un mundo, -que lo es-, y aunque algunos lo vean todavía muy lejano, ése es el tiempo que les queda a las actuales corporaciones locales hasta que el próximo mes de abril del 2015 se disuelvan y se celebren elecciones municipales al cuatro domingo del mes siguiente. Digo que un año y medio es un mundo en política, pero el tiempo pasa volando y en la calle ya empieza a oírse el runrún de las quinielas electorales a las que tan aficionado es el personal que anda de tapeo por los bares aledaños a la Plaza del Socorro.
La principal incógnita a despejar es si finalmente Marín Lara se presenta de nuevo como candidato a la alcaldía (esta vez a través de un grupo independiente, supongo), pues no se espera que la justicia haya resuelto para entonces el caso Acinipo y mucho menos que se haya alcanzado una sentencia firme que pudiera llevar implícita la suspensión de sus derechos de sufragio pasivo y su inhabilitación para ejercer cargo público.
La economía seguirá influyendo en el resultado electoral, porque aunque Rajoy pregone las mejoras de las grandes cifras del estado, éstas no llegan aún al bolsillo de los ciudadanos y posiblemente los populares sufran un importante voto de castigo por ello. La lectura de la calle es simple: No gustan los Bárcenas ni los EREs, y mucho menos cuando la mayoría de la gente no llega a fin de mes. No gustan los desahucios y menos que se haya ayudado a la banca antes que a los ciudadanos. En Ronda, a pesar de la innegable mejoría de las cuentas municipales, -que ha pagado su larga lista de facturas pendientes-, los cinco mil parados pesan como una losa sobre el pacto conformado por populares y andalucistas, y puede darse el caso que el PP aunque suba en votos se encuentre desplazado del próximo gobierno municipal.
Los pactos municipales casi siempre acaban pasando factura a alguno de los socios, -dado que el protagonismo principal lo alcanza la alcaldía-, y en este caso parece claro que son los andalucistas los más perjudicados de la coalición, y más después del innegable giro a la izquierda que ha supuesto la aparición del radical Sergio Flores en el PA. Bajan en votos en todas las opiniones, aunque podrían mantener su protagonismo en el pacto actual si finalmente Marín Lara se presenta. En caso contrario tendrán las manos libres para integrarse en una coalición de izquierdas que podría alcanzar el gobierno municipal. A Isa Barriga se la ve con ganas y capacidad para cobrar mayor protagonismo político, dado el mal momento que atraviesan los socialistas, y podría ser la próxima alcaldesa.
Por el contrario, la oposición municipal parece brillar por su ausencia, al menos su actividad pasa casi inadvertida, aunque es notorio el apoyo de Izquierda Unida a las protestas promovidas contra los desahucios y abusos bancarios en las hipotecas, que suelen encabezar. Se beneficiarán del fuerte tirón electoral que su formación experimenta a nivel nacional y del mal momento que atraviesa el Partido Socialista, tanto a nivel local como autonómico (-caso de los EREs-), y a nivel nacional, donde se ignora aún quién será su candidato a las próximas generales.
A los socialistas no se les augura mejoría en las municipales, aunque en Ronda cuentan con un importante suelo de voto que les garantiza los cinco concejales, si como parece siguen sumando los votos de Serrato y Montecorto. Aunque su vuelta no parece probable, las pocas opciones del PSOE pasarían por presentar a Isa Aguilera. Su figura tiene un innegable tirón electoral y si encabeza la candidatura socialista sería una firme candidata a la alcaldía, ya que Ronda no olvida que Marín Lara y sus socios de ocasión (PP y GIL) se la arrebataron con una moción de censura, algo que no gusta a los votantes.
El caso de UPyD, -formación de la que se espera que experimente en las próximas elecciones generales la mayor subida en votos-, es una incógnita a despejar en el panorama municipal. Si finalmente se presenta sus resultados dependerán de que logre conformar una buena lista, ya que la anterior tenía un fuerte componente familiar y carecía de candidatos atractivos electoralmente. Máximo un concejal, pero podría ser decisivo para inclinar la balanza del gobierno municipal.
Así las cosas el panorama electoral se muestra completamente distinto dependiendo de la concurrencia de Marín Lara a los próximos comicios municipales, que es la principal incógnita a despejar. Si algo se ve claro a estas alturas es que si el anterior alcalde se presenta tirará de populismo y obtendrá concejales, lo que implicará que los andalucistas sigan capitalizando el “voto anti-Toti”, aunque eso suponga limitar su capacidad de maniobra y les obligue a pactar de nuevo con los populares.
Quinielas de servilleta: PP: 7-8 concejales, PA: 2-3, PSOE: 5-6, IU: 3-4, UPyD: 0-1. Y si finalmente Marín Lara concurre a las municipales: PP: 7-8 concejales, PA: 3-4, PSOE: 4-5, IU: 2-3, M.Lara: 1-2, UPyD: 0-1. Conclusiones: No hay mayorías absolutas y los andalucistas conservan la llave del gobierno, por lo que seguiremos teniendo Alcaldesa. Por otro lado, la presencia de Marín Lara obligaría al PA a mantener el actual pacto de gobierno, pero en caso contrario probablemente una coalición de izquierdas presidida por Isa Barriga gobierne Ronda en los próximos cuatro años. En ambos casos todo parece decidirse por un simple concejal arriba o abajo. Ojo a las mociones de censura… Volvemos en seis meses.
