Ronda

La vendimia lleva el frenesí a las bodegas

Las cuadrillas de jornaleros en unos viñedos contrasta con el trabajo en solitario en otras explotaciones

Flavio Salesi, uno de los responsables de Descalzos Viejos, realiza trabajo de embotellado de vino para liberar espacio.

La actividad es frenética en estas fechas en las bodegas rondeñas, inmersas en estos momentos en plena vendimia y con los nervios, en muchos casos, a flor de piel. Algo lógico, por otra parte, ya que suelen producirse problemas de última hora que vienen a trastocar los planes previstos y eso supone un retraso en la recogida. “Menos mal que nos llevamos bien entre los bodegueros y nos ayudamos unos a otros”, dice Paco Retamero, responsable de la bodega Descalzos Viejos, que por una avería en el vehículo de transporte de la uva de los viñedos a la bodega han tenido que recurrir a pedir prestado el tractor de otra bodega y poder trasladar la numerosa uva ya cortada. Además, también les prestan más cajas de transporte para que la actividad de las cuadrillas de vendimiadores no se tenga que detener.

Mientras en los viñedos continúa la actividad como si nada pasara, en el interior de la bodega la actividad es frenética, y es que también hay que embotellar de forma rápida para hacer sitio en los depósitos para el nuevo vino. Un retraso en el envío de las botellas hace que esta operación se demore sobre la fecha prevista y ahora coincida con la entrada de nueva uva.

Eso sí, las buenas condiciones climáticas hacen que las previsiones sean muy buenas para esta añada, con una estimación del incremento de producción de uva de entre el 20 y el 25%, lo que supondrá una de las mejores campañas de la última década. Además, los racimos son muy homogéneos en tamaño y maduración, haciendo mucho más fácil el trabajo de selección en el campo y en la mesa de recepción, un trabajo que se realiza en todos los casos de forma manual y en función del vino que posteriormente se vaya a producir con esa baya.

Federico Schatz durante la recogida de la uva.
Federico Schatz durante la recogida de la uva.

No obstante, el ir y venir de personal no se produce en todas las explotaciones vitivinícolas rondeñas. En el caso de Federido Schatz, que practica un modelo diferente a la gran mayoría del resto de bodegueros, produciendo caldos ecológicos y aplicando las técnicas de biodinámica para su producción, aunque en este apartado no es el único que sigue este método.

Schatz, lejos del frenesí de sus compañeros, hace la vendimia de sus tres hectáreas de producción en solitario, con la única ayuda de su padre. En su caso, se encarga de vendimiar en compañía de su gato, transportar la uva, prensar y obtener los primeros zumos para la posterior fermentación. No duda en probar los ya obtenidos para producir blanco y rosado, con unos sabores muy intensos a frutas.

“Creo en el apego a la tierra y su producción, yo vivo de esto y tiene que ser así el trabajo”, explica mientras sigue realizando labores en el interior de la bodega con la noche ya entrada. Allí hay mucho trabajo para dejar todo listo de cara al próximo día, como el bazuqueo del mosto en fermentación para la producción de vino tinto. Una trabajo muy físico, dado el gran tamaño de los depósitos.

En cuanto a la producción total en las bodegas rondeñas, los datos apuntan a un incremento general de la producción de uva sobre un 25%, al tiempo que se cree que la calidad también será muy buena. No obstante, en este último apartado hay más reservas y se remite al paso de tiempo para comprobar si realmente se cumplen las buenas previsiones iniciales.


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