Opinión

Memoria/Crónica… (Francisco Pimentel)

Por fin el pasado Miércoles 19 de Junio hemos empezado a picar en el cemento a la búsqueda de las fosas donde están nuestros familiares, que llevan 76 años esperando ser recuperados y dignificados, y nosotros llevamos toda nuestra vida queriendo que su recuperación nos cuente la verdad de lo que pasó, que se haga justicia y que se repare la última herida que nos queda de la guerra civil. El arqueólogo Raúl Hoyos que dirige el estudio y yo nos vemos con Antonio Cintado el albañil que se ha comprometido con nosotros para hacer este delicado y meticuloso trabajo con el mayor respeto al lugar y a los sentimientos. Son las 9:00 de la mañana, la temperatura es agradable, en nuestras caras se reflejan la tensión y emoción interiores por la responsabilidad que tenemos y comenzamos los preparativos para hacerlo todo bien y ordenadamente: vallas, tablas, carretillas, cintas señaladoras y todas las herramientas de medición y trabajo.

Teniendo en cuenta el planteamiento inicial y las informaciones recibidas la primera cata la comenzamos en el pasillo a la derecha de la losa-monolito también con la idea de que el tránsito usual del cementerio se vea lo menos alterado posible según se nos pidió desde el Ayuntamiento. Y aquí nos encontramos con la primera sorpresa técnica. Lo que parecen losetas, ladrillos o maceríes antiguos es cemento pintado de rojo y rayado de forma que lo que parecía relativamente fácil se ha complicado y tenemos que buscar un martillo neumático para romper la gruesa capa de cemento, empezando a picar el suelo para la primera cata al mediodía. La cata es un cuadrado de 60×60 y sale mucho cemento, tanto que cuando son las dos de la tarde y los operarios del cementerio nos avisan para cerrar aún hay cemento. Todo recogido, limpio, barrido, vallado y señalado nos vamos pensando en mañana y que lo de hoy ha sido posible gracias a la colaboración de todos aquellos a los que hemos requerido su ayuda y que nadie nos ha negado. Desde aquí gracias a todos que siempre recordaremos.

Jueves día 20 de Junio, ha sido esta manaña cuando mi corazón ha dado un vuelco y mi ánima ha vibrado al ver al arqueólogo sacar con mucho cuidado la tierra original en la que están enterradas nuestras víctimas del fascismo. Una tierra roja, suave, limpia, discretamente húmeda, una tierra viva, la tierra que ha cuidado amorosamente de sus hijos, asesinados por querer libertad, justicia y bienestar. Tuve la necesidad de coger un puñado de esa tierra y olerla. Busqué unos botes pequeños, bonitos, y los rellené con esa tierra sagrada para llevarlos esta tarde al acto informativo y ofrendarlos a los familiares descendientes de aquellos mártires honrados y valerosos, republicanos. Han llegado algunas personas que con tristeza y alegría nos dicen que tienen familiares en las fosas. Algunos nos dan datos, otros demandan información, y hay quienes pasan distraidamente observantes, se ve que tienen su corazón y sus sentimientos en su gente asesinada, pero el terror transmitido les hace aún ser recelosos. ¿Hasta cuando seguiremos pagando las consecuencias de aquella tragedia desencadenada por un pequeño grupo de bárbaros? Por la tarde al acto informativo en el Palacio de Mondragón acuden muchos socios, familiares y amigos tanto de Ronda como de los pueblos de la Serranía. Luis Naranjo, director general de memoria democrática de la junta de andalucía, nos saluda y promete seguir con su ayuda. Han venido a ofrecer su apoyo nuestros amigos del Marrufo y Algeciras, del Foro por la Memoria de Málaga, de Cortes, de La Cueva, de Yunquera, de Algatocín…

Viernes día 21 de Junio tenemos el compromiso de ir a Málaga dónde en la delegación del gobierno se hace la presentación  de los estudios previos a exhumaciones en Ronda y Cañete. Lunes día 24 de Junio en la primera cata se ha llegado a una profundidad de 1’5 metros y solamente hemos encontrado estratos de la misma tierra roja y limpia, por lo que se comienza a abrir una segunda cata a unos 5 metros de distancia. Mientras estoy en Radio Coca ha llegado Cándido Ruiz Lobato, conocido luchador sindical, cuyo padre también fue asesinado y tirado en una de estas fosas comunes como lo fue mi abuelo y tantos cientos de otros rondeños. Días 25 y 26 ahondamos en las dos catas abiertas hasta 2 metros porque encontramos documentos que hablan de esa profundidad. Pero la tierra sigue estando intacta. El trabajo es agotador porque la extracción se hace por capas lentamente y mirando detectar cualquier indicio. Jueves 27 recibimos la visita y el apoyo de José Luis Ruiz Espejo, delegado del gobierno en Málaga y de Mari Carmen Martínez, Teniente Alcalde de nuestro Ayuntamiento. Ambos nos preguntan y alientan. Viernes 28 estudiamos varios documentos y decidimos abrir una de las catas a mediación del pasillo opuesto. Aquí la dureza y el grosor del cemento son más que en las anteriores.


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