Opinión

¿Y si lo hacemos BIEN? (Enrique Santos)

Estamos comenzando el año, es el momento de los buenos propósitos, de las buenas intenciones para mejorar en algún aspecto. Está claro que hasta ahora las cosas no han salido demasiado bien pero ya lo dijo aquel: de sabios es rectificar y más vale tarde que nunca. Ronda se merece ese esfuerzo, que en el fondo no es tan grande. Se trata simplemente de hacer un acto de reflexión honrado y en común. Aún hay tiempo para tomar medidas de importancia, queda algo más de media legislatura y no es el dinero el tema fundamental. Lo importante son las IDEAS.

¿Lo intentamos?, ¿si?. Bueno sea sí o sea no yo voy a empezar con mi reflexión, así al menos podrán tener razones para descalificarme con cierta base. Eso demostrará que los Sentados me han leído sin limitarse a rechazar mis críticas pasando la hoja, (¡es que ya conocemos al quiqui!), como suele ser habitual. Demostración del horror de la Clase ante los independientes que no comulgamos con ruedas de molino o nos inclinamos ante las órdenes del Uno atreviéndonos a enfrentarla con la realidad.

Después de la sentencia del Tema, (léase Los Merinos), de las directrices de Fomento respecto al ferrocarril, de la ilegalidad y atrocidad manifiesta del Centro de Recepción de Visitantes, (léase Hipermegasupercentro Comercial), del lío de la biblioteca para autobuses, de los errores y meteduras de pata tan evidentes y numerosos en el documento presentado a Aprobación Inicial, de ciertas dimisiones y otros Poblemas, queda  clarísimo que el PGOU puesto sobre la mesa es intragable. Ni responde a las necesidades de nuestro Pueblo, ni sabe realmente qué pueblo es, ni tiene posibilidades reales de ser puesto en marcha y ni siquiera serviría para mejorar alguna de las expectativas de futuro que los rondeños nos merecemos.

Así que manos a la obra: ¡a cambiar todo el PGOU!

Pero esta vez de verdad, con ideas claras y consensuadas, con participación popular real y contrastable, sabiendo lo que queremos y lo que podemos hacer, con los pies en el suelo y la imaginación por encima del cielo. Ya saben lo que les decía el otro día: lo que mal empieza … Borrón y cuenta nueva, más vale una vez colorado que ciento morado. El PGOU obrante en el Ayuntamiento es una birria y su correcto destino la PAPELERA.

No me vengan con el cuento del tiempo que llevamos con su desarrollo y que no podemos esperar más. Eso es una enorme Falacia. Las condiciones económicas, sociales y políticas son tan malas que ningún perjuicio más nos va a causar empezar de nuevo. Todo lo contrario: es la única manera de sentar unas bases serias y estables para enfrentar el futuro con ilusiones y esperanzas. Como a todos Vds, (bueno, a casi todos), me gustaría que mis hijos pudieran disfrutar de su pueblo y tuviesen en él una gran calidad de vida.

Empecemos por definir Ronda para saber de qué hablamos y, para ello, podemos comenzar enumerando lo que no es, con lo que el asunto quedará más acotado y claro.

Ronda no es llana. No es minera ni industrial o comercial. No es una ciudad dormitorio ni un centro de comunicaciones. No es gigantesca, ni playera, ni masificada, ni vulgar, ni fea, (todavía). No es un desierto ni una isla tropical y no tiene un clima extremo. No es analfabeta, ni anodina, ni desconocida, ni cuadriculada, ni desarraigada, ni pobre, ni huérfana. No está a la vera de una gran metrópolis ni es paso para otros lugares. No es demasiado pequeña ni está vacía o abandonada por sus gentes. Y no está muerta.
¿Entonces qué es Ronda?


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