Ronda

Jesús Manuel Gracia, en el ecuador de su aventura

El vecino de Ronda que viaja hasta Madrid para pedir empleo lleva recorridos 323 kilómetros.

El vecino de Ronda que partió hacia Madrid a pie para pedir un empleo digno ya ha alcanzado el ecuador de su particular odisea. Y de momento, se están cumpliendo todos los plazos marcados. “Estoy muy cansado y tengo que vigilarme constantemente la tensión porque la tengo un poco alta, pero estoy a tope”, declaró a La Voz de Ronda tras completar su etapa número 11, que le llevó a Brazatortas, en la provincia de Ciudad Real.

Gracia partió el pasado lunes 16 de julio desde su domicilio en Ronda con un objetivo: recorrer 562 kilómetros hasta el Congreso de los Diputados para dar a conocer su situación y pedir un trabajo. Para ello, ha escrito una carta que espera poder entregar a algún diputado que esté dispuesto a recogerla y tomarse la molestia de leerla. “Y si consigo que alguien me reciba y me escuche ya sería todo un éxito”, apunta vía telefónica.

Este peculiar marchador lleva en paro desde agosto de 2009 y después de agotar todos los subsidios por desempleo, su familia sobrevive con apenas 500 euros al mes, proporcionados por su esposa.

En cuanto al recibimiento que está obteniendo en todas las poblaciones a las que llega, Jesús Manuel no tiene más que palabras de agradecimiento. Y es que sin la hospitalidad de la gente, reconoce que no sería posible seguir adelante. “Me estoy alojando en pabellones deportivos, en albergues o incluso en las viviendas de algunos vecinos”, relata. Esta hospitalidad también se hace palpable a la hora de comer. “Muchas veces me pagan la comida o me preparan bocadillos”, cuenta.

Pero sin duda, más que los kilómetros acumulados en las piernas o la incomodidad de las condiciones del viaje, lo que más le pesa es estar alejado de su familia, especialmente en la soledad de la carretera. “Cuando me acuerdo de mi mujer y mis hijos me emociono mucho. Ellos me dan las fuerzas para seguir”. Sin embargo, mantiene un contacto diario con ellos a través del teléfono. “Cuando me vengo abajo y me desanimo ellos me dan las fuerzas necesarias para seguir”.

Además, tampoco se olvida de todo el apoyo que ha recibido por parte de los rondeños. “No me esperaba una respuesta tan positiva”, admite.

De momento, Gracia se acerca paso a paso hasta su destino, aunque sabe que cuando llegue no lo tendrá fácil para cumplir su objetivo. “Me han contado que hay mucha seguridad y no será fácil”, añade. Para el camino de vuelta, algunos de sus amigos de Ronda ya se han ofrecido para ir a recogerlo en coche junto con su mujer y sus hijos. Sin embargo, todavía prefiere centrarse en cumplir su objetivo y no pensar más de la cuenta en el momento de volver. “Una vez que llegue allí no pienso irme a casa hasta que alguien recoja mi carta”, asegura.


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