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Tensión, insultos, acusaciones y desalojo en el Pleno de Cortes de la Frontera

La sesión derivó en continuas críticas hacia la gestión realizada y se llegaron a oír reproches sobre asuntos de carácter personal que el regidor del municipio tuvo que cortar de raíz

El alcalde suspendió el Pleno y ordenó el desalojo de la sala

Día de Pleno en Cortes de la Frontera. Un día esperado por muchos, como demuestra la masiva presencia de vecinos que abarrotaban el salón de plenos del Consistorio. La tensión se podía cortar en el ambiente y todos lo sabían, siendo una prueba de ello la  presencia de varios agentes de la Policía Local. Hasta siete se llegaron a reunir en la sala y tres permanecieron durante toda la sesión delante de la Corporación municipal.

Lo primero que hizo el alcalde del municipio, Antonio Granero, era recordar a todos los presentes las normas de comportamiento que debían seguirse y advirtió que expulsaría a aquellos que no las respetasen, además de avisar que suspendería el Pleno si se trataba de una falta de respeto generalizada. El regidor no dudó en llevar a la práctica sus anuncios, y terminó expulsando a dos vecinos por desobedecer sus órdenes de que guardasen silencio y dio por terminada la sesión antes de lo previsto y sin llegar a conceder el turno de palabra al público presente. Esa decisión le costó un abucheo por parte de los asistentes, que le acusaron de antidemocrático. Alguno incluso le llamó “sinvergüenza”. No obstante, Granero no respondió a esos insultos y se limitó a ordenar a los agentes de la Policía Local el desalojo de la sala.

Antes había mantenido un duro debate con el portavoz del PSOE, Antonio Ruiz, que estuvo marcado por un intercambio de ironías y frases dejadas en el aire al principio, pero que terminó con el segundo retando al primer edil a que vaya a la Fiscalía o a los tribunales si considera que ha encontrado alguna responsabilidad en la gestión económica de la anterior Corporación, que contaba con el portavoz socialista como primer teniente de alcalde. “Usted ha venido hoy aquí a refregarme todos estos asuntos por la cara, pero no me voy a arrugar”, casi gritaba Ruiz a Granero tras dar   una serie de peticiones de devolución de subvenciones de la Junta por proyectos que no se han terminado de realizar pero que han sido pagados. Según los datos del alcalde estas cantidades sumadas llegarían casi al millón de euros. “Quiero ver dónde está el fondo, para ver si veo Japón o Australia”, respondía el primer edil, al tiempo que interpelaba al portavoz del PSOE para que propusiese alguna solución a un problema que considera que es fruto de la mala gestión del anterior equipo de gobierno.

Desde la oposición también reprocharon al alcalde que tenga un equipo de ocho personas escudriñando las cuentas municipales, supuestamente, con la intención de localizar posibles irregularidades en las mismas. Precisamente, ayer se aprobó remitir a la Cámara de Cuentas los cierres de ejercicios pendientes, algo que no se hace desde el año 2004, con la excepción de la anualidad de 2005.

En cuanto al destino dado a los fondos que ahora reclama el gobierno autonómico, Antonio Ruiz reconocía que parte de esas subvenciones se utilizaron para pagar las nóminas de los trabajadores y contratar a personal por la situación económica que se vivía en el municipio en aquel momento, aunque respondió de forma airada a unas palabras del alcalde que entendió como una ironía cargada de mala intención sobre su destino final. “En mi casa no está el dinero”, sentenció Ruiz.

Tampoco faltó otro enfrentamiento esperado, aunque de menor intensidad. En este caso lo protagonizaron el propio Granero (PA) y el portavoz del PA, Antonio Guerrero, que acusó al primer edil de irregularidades a la hora de realizar la venta del corcho de la campaña 2011. Ante el hincapié que hacía Guerrero en ser todavía el portavoz andalucista, el regidor respondió con un “es portavoz del PA con carné del PSOE”, al tiempo que anunciaba que le relevaría de esa condición. En el apartado puramente político también se comunicó la decisión de la edil de IU, Sonia Ocaña, de abandonar las filas de la coalición de izquierdas para integrarse en el grupo mixto, algo que justificó en la “falta de apoyo” de la dirección provincial de la formación.


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