Opinión

Memoria/Alzheimer (Francisco Pimentel)

El pasado día 10 representantes de colectivos ciudadanos de Ronda publicamos un comunicado a favor del juez Baltasar Garzón y contra la sentencia en la que ha sido condenado a 11 años de inhabilitación y expulsión de la carrera judicial por el Tribunal Supremo a instancias de los cabecillas de la trama corrupta Gürtel y los falangistas de Manos Limpias.

Muchos creen que la condena a Garzón es por investigar a los poderosos, otros que es un aviso para el juez que está investigando a Urdangarín y otros que el Tribunal Supremo necesitaba una condena antes de la sentencia de la Memoria Histórica.

Nosotros que tenemos padres o abuelos en las fosas comunes sentimos desde el comienzo de la acusación contra Garzón que la Memoria Histórica es la verdadera causa de su enjuiciamiento y condena, aunque bien mirado todo sea lo mismo, y nos sentimos condenados en esa sentencia porque se nos quita al único juez que ha tenido la valentía de investigar los crímenes del franquismo, se le inhabilita y expulsa tachándolo de “arbitrario” y “totalitario”.

A nosotros familiares de las víctimas del fascismo y víctimas nosotros mismos, la memoria nos hace recordar que son los mismos argumentos con los que fueron condenados nuestros antepasados: En las sentencias que emitían los sublevados contra la República estos acusaban a los que iban a fusilar de “peligrosidad ” y “rebelión militar”.

El mundo al revés, los militares sublevados contra el gobierno legítimo y contra la república acusaban a los ciudadanos trabajadores, campesinos, artesanos, comerciantes, industriales, demócratas que luchaban contra la corrupción, el paro, el robo y el despilfarro de lo mismo que el Tribunal Supremo acusa a Garzón. La letra y los métodos no son los mismos pero la música se parece.

¿Quien se atrevía entonces a protestar contra los desmanes del poder fascista? ¿Qué juez se atreve a investigar nada en este país a partir de ahora?

Hay fuerzas negativas enquistadas en el aparato del estado que quieren enfermar al pueblo con el alzheimer social para que no recordemos, seamos fáciles de manejar sin memoria y no preguntemos el cómo y el porqué de los inmorales beneficios de los grandes especuladores financieros, los mismos que condenaron a nuestros antepasados, los mismos que ahora producen la nueva hecatombe económica.


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