Entrevistas

Pedro Chito, pregonero del Carnaval: «Lo que más pesa son las expectativas que se crea la gente»

Pedro Guerrero Chito ha vivido muchos carnavales desde que en 1997 se embarcara en una afición que pronto se convirtió en una pasión. Pero este será el más especial, después de recibir la propuesta para ser el pregonero oficial. Tras algunas noches de poco dormir este compañero de profesión parece tener claro cuál será el mensaje que transmita el día 18 de febrero.

 

¿Qué siente más, la responsabilidad o la ilusión?

Sobre todo llevo la ilusión por bandera. Cuando te lo dicen te da mucha alegría que hayan pensado en ti, aunque también hay una carga importante de responsabilidad. Porque aunque esté acostumbrado a hablar por dedicarme a la comunicación, esto es diferente. Esto no es un informativo. Es un pregón, y yo eso no lo he hecho en mi vida. Así que he mirado atrás para ver lo que han realizado otros pregoneros. He hablado con algunos y les he preguntado. Y al final he hecho lo que me ha dado la gana (risas). He diseñado un pregón a mi medida y creo que a la medida de la ciudad. Y quiero hacer dos guiños: a la gente de la calle, que simplemente se disfraza y disfruta con los amigos, y a los copleros, a la gente de las chirigotas, las comparsas o los cuartetos. Mi intención es invitar a todos los rondeños a que disfruten esta fiesta que yo adoro.

¿Cómo le propusieron ser pregonero?

Fue en diciembre, antes de Navidad, así que creo que fue con suficiente tiempo. Después de una rueda de prensa vino Vicente Becerra y me preguntó si quería ser pregonero. Y mi respuesta fue que me lo tenía que pensar. Me lo pensé un par de días pero en realidad sabía que iba a decir que sí. Pero aún así quería pensarlo y consultarlo con mi chirigota, porque hacer las letras de una chirigota y trabajar en un medio de comunicación y en otras actividades, porque también tengo otros trabajos, te lleva mucho tiempo. Así que cuando mi chirigota me dio el sí fue cuando me decidí completamente. Desde aquí quiero aprovechar para darle las gracias a Vicente Becerra por acordarse de mí.

La gente será muy exigente con usted porque es un hombre de Carnaval. ¿Pesa mucho eso?

Lo que más, las expectativas que se hace la gente, y además con toda la razón, porque yo vivo medio año para el Carnaval prácticamente. Esas expectativas te causan cierto desasosiego y pesan sobre todo de madrugada, cuando ya has leído el pregón catorce veces y crees que la gente no lo va a comprender. Empiezas a darle vueltas y cada vez pesa más. Cuando escucho a alguien hablar sobre mi pregón les digo que no se creen tantas expectativas, porque va a ser un pregón muy sencillo. Es  lo mismo  que cuando fui Dios  Momo, que  dije que los trajes no iban a ser nada ostentosos y así fue. Voy a  intentar hacer algo que llegue a la gente, aunque creo que usar la palabra para eso se me da mejor que usar un  disfraz.

También quiere darle protagonismo a las mujeres.

Las mujeres tienen que tener el mismo protagonismo en mi pregón que tienen en el Carnaval, es decir, más de la mitad. Hay muchas comparsas femeninas, se ha hecho un gran trabajo y hay personas que están volcadas. Han tomado un poder que es bueno para el Carnaval y se está notando. A las pruebas me remito: en Málaga se han colado dos agrupaciones femeninas que están dando mucho que hablar. Lo que sí es una pena es el tema de la orquesta, porque es difícil encontrar una mujer que sea caja y bombo o que toque la guitarra, pero es difícil también para los hombres. Así que quiero rendir homenaje en mi pregón a todas las mujeres del Carnaval y especialmente a las madres, porque han perdido mucho tiempo a sus hijos. Yo por ejemplo hay veces que salgo a las ocho de la tarde a ensayar y cuando llego está mi madre dormida en el sofá, y pienso que no me he sentado ni un ratito con ella ese día. Siempre están ahí para todo, para coser ese detallito del tipo que se te ha caído, para decirte “niño llévate un bocadillo”… Es el homenaje más merecido, para mi madre, Teresa, y para todas.

¿Alguna persona en concreto que vaya a homenajear?

¿Cómo no me voy a acordar de Isabel López, Horacio Fuentes, Mario o Juan Cruz, de tanta gente que ya no está entre nosotros? Me tengo que acordar de todos los que han vivido los momentos más amargos y más bonitos conmigo. Como cuando estábamos cantando en Campillos y nos comunicaron que habíamos ganado en Ronda y empezamos a llorar en el escenario. Intentaré hacerlo con el corazón y desde el punto de vista del Carnaval, que es un punto de vista muy canalla.

¿Va a contar con mucha colaboración o se va a enfrentar desnudo al pregón?

No, no me voy a enfrentar desnudo. Lo primero que he hecho ha sido pedir ayuda a mi chirigota, porque no concibo un pregón mío sin mi chirigota. Te voy a adelantar que el pregón es una especie de celebración en un local de restauración y servicios, llamémoslo así. En la mesa están sentados conmigo tres grandes amigos que siempre me han acompañado: Luisito, Pedro Pablo y Lirio. Y también le he dicho a Galindo que si se porta bien se podrá sentar con nosotros (risas). Y a partir de ahí empezamos a coser la historia con diferentes colaboraciones. Y por supuesto mis palabras las voy a aliñar con coplas.

El tiempo es un factor importante. ¿Tiene calculada la duración para no pasarse ni quedarse corto?

No le voy a engañar, no tengo nada calculado. Pero estoy dispuesto a sesgar el pregón para que la gente se quede con ganas. Dicen que la atención de una persona dura unos 21 minutos, así que pasaré un poco de ahí, pero espero no llegar a los 30 minutos. Aunque a lo mejor llego a los 40 minutos y quedo por mentiroso (risas).

La crítica es un elemento imprescindible del Carnaval. ¿Va a ser crítico también el pregón?

No he hecho un pregón histórico, es un pregón más bien anecdótico. Intento transmitir el sentir de los carnavaleros. Con ánimo de desvelar algo, porque yo no soy celoso con esas cosas, quiero transmitir la soledad desde el local de ensayo hasta el coche en la madrugada. Son la una de la madrugada, sales y solo te encuentras frío y silencio, roto por algún camión de la basura. Esas pequeñas vivencias es lo que quiero transmitir. Y en cuanto a lo de la crítica, sí llevo crítica, porque creo que para pregonar hay que dar a conocer lo bueno y lo malo. Critico ciertas cuestiones, como el Carnaval de Málaga y a las agrupaciones de Ronda que van a cantarle a Málaga. Y también voy a ser severo con los políticos. Ellos saben que esa fiscalización por nuestra parte debe existir. Más que parecerse a un pregón se va a parecer más a una copla, y en las coplas estoy acostumbrado a criticar.

¿Cuántas veces ha roto el pregón y ha vuelto a empezarlo?

Pocas. Más que nada por el tema gramatical, pero la idea viene rápido. A día de hoy llevo solo la primera mitad, pero es que la segunda la tengo muy clara y es cuestión de ponerme una noche en la que tenga las musas de cara. La esencia la vas madurando en el coche, en la ducha, en el bar… Por ejemplo lo que comentaba de las noches de frío. El otro día salí de ensayar y pensé: “Esto tengo que contarlo”, lo bonito que es pasear desde el Barrio por el Puente Nuevo, como hicimos una vez la chirigota. Hace frío pero Ronda está muy bonita.

¿Qué razón daría a los rondeños para que no se pierdan su pregón?

Lo vamos a pasar bien y va a ser un pregón diferente y cargado de simbolismo. Lo que declame ese día tendrá un significado más allá de lo que diga. Espero que de ese paseo por Ronda quede el sentido de la amistad, que de ese premio en Campillos quede el compañerismo y que del papel de la mujer quede la lucha.


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