Opinión

Algunos no son capaces de superar una victoria (Manuel Ramírez Troyano)

En los últimos meses se han podido leer en diferentes publicaciones locales dos artículos: “Indignados”, publicado en este semanal bajo la firma del señor Santos Buendía, y “Peligro, los ecologistas atacan de nuevo”, salido del ordenador de Don Victoriano Borrego, en su habitual columna “Ecos del tajo”, contraportada del otro rotativo rondeño.

Curiosas resultan las similitudes en formas y maneras con la que los dos autores encaran la descripción de estos colectivos. Mientras el señor Santos regala a los miembros del 15-M ocurrentes insultos: “desarrapados, sucios, cobardes, violentos y vagos hijos de papá”. Don Victoriano por su parte, se deshace en insultos hacia el colectivo ecologista, a los que llama impresentables y desgraciados, con un especial recuerdo hacia sus progenitoras.

Y todo, porque al Sr. Santos le molesta que los miembros del 15-M reivindiquen un futuro robado y a Don Victoriano no le gusta que los ecologistas no compartan con él la idea de que el ladrillo sea la solución a los problemas que acosan a Ronda.

En Ronda, la derrota electoral del anterior alcalde, junto con su posterior detención, parecía haber desterrado esta forma de comportarse en sociedad. Aparentemente, ambos hechos habían devuelto una normalidad democrática, máxime cuando los actuales gobernantes cuidan muy mucho las formas y para diferenciarse de los anteriores tratan a todo el mundo con una educación exquisita.

Dentro de ese buen ambiente producto de la escarmentada experiencia, aparecen estos dos señores y cogiendo el testigo del señor Marín Lara se dedican a insultar y menospreciar a todo el que no esté de acuerdo con ellos. Lamentable resulta que derrotado y detenido el perro, la rabia encuentre avezados discípulos.

No gusta al señor Santos que estos ciudadanos reivindiquen una democracia real, que exijan un futuro, y que se nieguen a ser entregados a los mercados como esclavos para el resto de sus vidas. No repara el señor Santos, que la verdadera generación maldita de este país es aquella a la que él pertenece. En solo treinta años esta generación ha despilfarrado toda la riqueza del país, sus hijos serán más pobres que ellos, una involución pocas veces vista en la historia.

Mucho énfasis pone este señor en la apariencia externa de los reivindicantes, sin caer en la cuenta que el perfil de los desvalijadores responde más a acicaladas y apuradísimas barbas empapadas de Varon-Dandy, pulidas uñas y politos Fred-Perry. Ahora, sin nada más que arrebatarles, solo queda escupirles improperios e insultos.

A Don Victoriano, su disgusto le viene por la negativa de los grupos ecologistas a lo que considera el futuro del pueblo. Dos centros comerciales encubiertos por sendos aparcamientos para autobuses, ambos informados negativamente por los técnicos municipales. Se olvida este señor de la contribución de estos grupos durante el mandato del señor Marín, trabajo respaldado por la decisión de la fiscalía y el juez. Tal vez su desmemoria sea debida a su implicación en la subida del Señor Marín a la alcaldía de Ronda. Cuando este militaba y representaba al PA, a Don Victoriano le faltaban manos para sostenerlo, solo y cuando les traicionó, dejo caer algún tímido comentario para desmarcarse.

Ambos articulistas tienen motivos para estar contentos, no en vano el giro a la derecha que ha sufrido este país y este pueblo serán de su entera satisfacción. No justifica esto la mala educación y la mala baba exhibida. Recurrir a la descalificación y al insulto aparcando los argumentarios y razonamientos revela un resentimiento propio de aquellos incapaces de superar una victoria.


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