Opinión

Recortes sociales (José Becerra Gómez)

Que se quiera que no, del 20-N, salvo que ocurra un milagro económico, que no es de esperar, lo que se nos depara es seguir la pauta de la canciller Merkel paso a paso, sea quien sea el inquilino de la Moncloa. Hay que reducir el déficit a toda costa y esa será la premisa que tendrán en mente el nuevo Gobierno y a lograrlo se dedicarán en cuerpo y alma o a calzón quitado que dicen en mi tierra rondeña. La pregunta que no hacemos es si este objetivo que parece ineludible no nos hundirá más de lo que estamos en ese pozo oscuro que los recortes del Estado del bienestar nos han sumido. En el horizonte un severo recorte en el sistema de pensiones y en la Sanidad Pública, por mucho que se desgañiten los políticos en los mítines y debates que ahora seguimos con mucha desconfianza y sospecha de que las promesas cuajen por la asfixiante situación económica que nos sojuzga.

Lo se que seos avecina es un retraso en la edad de jubilación, lo que no deja de ser un torpedo en la línea de flotación de quienes iniciaron su vida laboral siendo muy jóvenes y mantuvieron la cotización a la Seguridad Social buena parte de sus vidas. El otro mal que puede aquejarnos es el copago sanitario. Por lo pronto ya se elevan voces alentando a los pacientes a que si no desean la prescripción para sus dolencias de fármacos genéricos que paguen la diferencia con los de marcas acreditadas. Puede ser que el principio activo no difieran entre si pero las suspicacias se han generalizado y los que ya peinamos canas desde mucho tiempo atrás estamos con la mosca detrás de la oreja. De eso a que nos obliguen a pagar un elevado tanto por ciento y parte de las estancias en los hospitales, un paso.


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