Opinión

Basura (Pedro Enríque Santos Buendía)

Dícese de lo que tiene condición de desperdicio, residuo del que no se puede sacar provecho.

Nuestro sistema actual de gobierno, llamado magnánimamente democracia, presume de ser cada vez más independiente de la religión. Sin embargo utiliza como principio general una frase bíblica muy rotunda: quien no está conmigo está contra mí. Y es aplicada religiosamente por todos los que ocupan el Sillón: solo quieren oir alabanzas; ante ellos solo se permiten las genuflexiones; y precisan adoración y pleitesía sin límites. ¡Ay de quien ose criticar! más le valiera atarse una piedra al cuello y … .

Un servidor ha nacido crítico y eso no lo perdonan los cargos públicos ni sus partidos. Casi todos los que han tenido representación municipal me han intentado captar para tenerme entre sus redes en algún momento, algunos en más de uno, pero soy independiente e individualista y eso no se permite, no está bien visto en una sociedad borreguil. Consecuentemente he sido declarado basura. Oídos sordos a mis propuestas, tienen el tufo del Averno. Independientes: pecadores. Si los partidos decidieran implantar en su seno el cargo de pepito grillo, por supuesto sin remuneración, para que al menos uno fustigase la conciencia de los políticamente poderosos,  haciendo de tripas corazón sería capaz de afiliarme, es más, me pido primen para el puesto en el partido que lo cree.

Esa falta de conciencia crítica conduce a que se gobierne a golpe de ocurrencias, no hay un guión serio y consensuado de qué debe hacerse independientemente de quién se siente en el Sillón y las propuestas que hoy se anuncian a bombo y platillo mañana quedarán olvidadas, surgiendo otras más rocambolescas. Siempre malgastando nuestro dinero, el de todos.

Ejemplo de ello es la propuesta, al parecer bien vista por quienes ocupan el Sillón, de levantar un enorme edificio de casi 50.000 m2, equivalentes en unidades modernas de medición a cinco campos de fútbol, cinco, a la entrada de Ronda junto a las murallas y la iglesia del Espíritu Santo, que desaparecerán tras él.

La única imagen de interés patrimonial que hogaño pueden apreciar los visitantes al llegar la vamos a destrozar con un  edificio de cinco plantas, cinco, capaz de albergar cien autobuses, cien,(seis mil personas, ¡viva el barato turismo de masas para las que Ronda es el barrio alto y viejo de Marbella!, ¿cabremos todos?), que ocupan la superficie de un campo de fútbol al que habrán de sumarse accesos, andenes, etc., es decir otro campo de fútbol  alrededor de un centro comercial de 10.000 m2, otro más, el tercero, todo ello multicolor y muy luminoso, lleno de largas astas portadoras de banderas infinitas y con preciosos logotipos comerciales de productos imprescindibles.

Y haciendo disparates de este porte estamos empeñados en que nos califiquen como Patrimonio de la Humanidad. ¡Amos anda!. Por favor, hagamos una paradita, convoquemos a todos los preocupados por nuestro pueblo y escribamos juntos el guión de nuestro futuro: una ciudad vividera que respeta su Entorno y disfruta de su Patrimonio. Estamos a tiempo pero nos queda muy poco. Ocurrencias y chorradas a la basura. Éstas sí.


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