Opinión

Ronda no paga traidores (Antonio Sánchez Martín)

A Marín Lara le ha pasado lo que a aquel rey engreído e ignorante, al que un astuto sastre le vendió un fabuloso traje confeccionado con telas invisibles de oro y plata. Pagó por él una fortuna, y tan grande era su ego y prepotencia que incluso organizó un desfile para lucirlo y que la gente admirara su poder. Nadie lo veía, pero fingían hacerlo para no parecer  igual de ignorantes; hasta que, en medio del desfile, un niño se rió carcajadas al ver que el rey estaba desnudo.

Hace mas de un año, advertí a Marín Lara desde estas mismas páginas que el pueblo ya le había juzgado, y que aunque alicatara de oro el Puente Nuevo, de poco le valdría, porque Ronda no le perdonaba su traición y le condenaría en las urnas por la apropiación indebida de más de siete mil votos que los rondeños entregaron al PA en las últimas elecciones para mandar a los socialistas a la oposición, y no como un cheque en blanco para que él hiciera lo que le viniera en gana.

Se lo advirtió también Román Orozco, -prestigioso columnista del diario El País-, en aquel memorable artículo titulado “El Camaleón de Ronda”, donde mostraba su temor de que el “Ferrari” político con el que Marín Lara pretendía llevar a Ronda a la modernidad y al progreso, derrapara y quedara arrumbado en la cuneta, como así ha sido.

Tal vez pensaba Marín que los rondeños eran gente apática y despreocupada, a la que todo les da igual y se le olvida; pero esta vez el pueblo de Ronda le ha demostrado que tiene más vergüenza y dignidad que él, porque en esta historia no ha habido más desvergüenza que la de su transfuguismo y la de los ocho concejales que junto a él se pasaron al PSOE.

No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que el que no quiere escuchar. Y para no oír ni escuchar lo que no quería, Marín Lara tapó la boca de todos los medios de comunicación que pudo, compró televisiones locales e hizo que la radio municipal proclamara por las ondas que el Toti era el mejor, y que jamás se había visto en Ronda un traje invisible tan espectacular como el suyo. En medio de tanta ceguera, sólo dos medios permanecimos firmes en la crítica: La Voz de Ronda y Radio Coca.

Derrochó ingentes cantidades de dinero en publicidad, creó medios de comunicación propios, y repartió con los trabajadores de SOLIARSA la lujosa publicidad editada por la Alcaldía: “Ronda 2015”, un chorro de nuevas fantasías que de poco le han servido, porque, -como digo-, el pueblo ya le había calado y sabía que lo único que Marín Lara pretendía era vivir eternamente del cuento de la política. Mientras, a ASPRODISIS se le debían sus ayudas, y una larga lista de empresarios y profesionales rondeños no cobran sus facturas desde hacía más de un año.

Y lo peor de todo, casi cinco mil parados en la calle. Para combatirlo se derrochó en tonterías el dinero del Plan E de Zapatero. Se alicataron aceras y se rascaron los chicles de la calle la Bola en imaginarios “planes de choque contra el desempleo” que, en vez de crear industrias y empleo estable, a los treinta días devolvían los parados a la contabilidad de INEM. Parados, eso sí, con los se fotografiaba nuestro alcalde, como si fuera el laurel que está en todos los guisos, pero al que luego, a la hora de comer, le apartan fuera del plato; como así ha sido.   

Fue Marín Lara un alcalde cobarde que, ante el temor de que otros le hicieran sombra, se rodeó de incapaces que le regalaban el oído por tal de seguir cobrando a fin de mes el dinero fácil que propicia la adulación y el peloteo. Posiblemente, sus propios aduladores se dieran cuentan de que el rey estaba desnudo. Algunos, incluso, expresaron sus dudas ante la dirección provincial socialista de que el PSOE pudiera ganar las elecciones con Marín Lara de candidato. Málaga desoyó sus voces, y los críticos fueron purgados y expulsados del gobierno. Ahora, probablemente, exigirán su cabeza, y Paco Cañestro y Miguel Ángel Heredia caerán con él.

Que se repartan siete, dijo con prepotencia Marín Lara tras la Feria de Pedro Romero, porque decía tener en sus manos una encuesta, -tan invisible como el traje del rey-, que alguien debió cocinar para él con exquisitas hierbas alucinógenas. A principios de año ya sólo eran diez u once concejales. Y a principios de la campaña electoral vaticiné el resultado: PSOE: 8, PP: 6-7, PA: 4-5 e IU: 2 concejales. Ronda ha sido incluso más rigurosa que yo, y sólo le ha dado siete ediles, el mismo número de concejales que él pretendía dejar como sobras de su almuerzo para que comieran los demás partidos.

Serrato le dio los escasos ciento y pico de votos con los que ganó las elecciones, pero la ciudad ha perdido la confianza en él y siete de cada diez rondeños no le hemos votado. El PSOE está solo, y aunque haya sido la lista más votada no gobernará porque los demás partidos apuestan por el cambio. Ronda quiere recuperar su dignidad política, y la respuesta de IU, PP y PA será fiel a la palabra dada: -Con tránsfugas no se pacta-. Sería deseable que el acuerdo llegara pronto para que Marín Lara sea cuanto antes un triste el recuerdo.

Toti, has perdido la alcaldía porque muchos rondeños estaban hartos de tus chulerías políticas y porque el ayuntamiento no pagaba sus facturas. Entérate de una vez que estás desnudo; que aquel traje cosido con telas invisibles de oro y plata, del que presumía el rey que se creía emperador de los rondeños, no eran más que figuraciones tuyas. Entérate que Ronda no paga traidores. Dimite y llévate a tus tránsfugas, y aún así dudo mucho de que alguien pacte con la lista más votada.


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