Opinión

Eroski, un toro de difícil lidiar (Antonio Sánchez Martín)

Continúan publicándose en la prensa especializada noticias muy adversas sobre la situación económica que atraviesa el grupo vasco propietario, entre otros, de hipermercados Eroski, que continúa recortando su plantilla y liquidando parte de su patrimonio para hacer frente a la deuda contraída con las entidades bancarias. La noticia ratifica la difícil situación económica que atraviesa este grupo empresarial, y se suma a las publicadas anteriormente donde se notificaba la venta de su principal centro comercial en el País Vasco, de sus plataformas logísticas de Zaragoza y Málaga y de varias galerías, supermercados y establecimientos de mediana superficie.

Por su interés, transcribo literalmente gran parte de la información publicada por el diario El Economista en su edición del pasado 4 de enero.

Eroski negocia la venta a Leclerc de sus siete híper en Madrid

“Eroski se está planteando la venta de toda su red de hipermercados en Madrid. Forzada a reducir deuda tras haber llegado a un acuerdo de refinanciación con la banca, y después del cierre del centro comercial M-40 en Leganés, la compañía de distribución vasca está negociando ahora el traspaso a la francesa Leclerc de las siete grandes superficies que todavía le quedan en la región. Se trata de los centros de Majadahonda, Valdemoro, Fuenlabrada, Vallecas, Alcobendas, Carabanchel y Pinto. Fuentes oficiales de la compañía gala han confirmado que las negociaciones están avanzadas, insistiendo, no obstante, en que todavía no está cerrada ni concretado el número de establecimientos que hay en juego”.

Ajustes y desinversiones

“Eroski cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 75 millones de euros después de haber reducido un 6,3 por ciento su facturación, hasta 7.606 millones. Su principal objetivo con esta venta es reducir la deuda, que se elevaba al cierre del pasado ejercicio a más de 1.300 millones. Hace justo un año, Eroski logró alcanzar un acuerdo con 23 entidades por el que unificó sus préstamos en un único crédito de 1.750 millones, con vencimiento en 2014.

La empresa ha reducido asimismo de forma drástica su plantilla. Después de eliminar 5.000 empleos el año pasado, se ha visto obligada a llevar a cabo un nuevo recorte en el primer semestre del ejercicio. Entre el 1 de febrero y el 31 de julio, ha reducido su plantilla en otras 3.000 personas, quedando ya en la actualidad 44.941. Todo ello en pleno relevo en su cúpula directiva, ya que en apenas un mes Agustín Markaide sustituirá a Constan Dacosta como nuevo presidente del grupo”.

La información publicada pone muy en duda que en semejante situación económica el grupo vasco esté en condiciones de edificar a corto plazo en nuestra ciudad un nuevo centro comercial El reciente pago efectuado por la adquisición de los terrenos no implica que sus promotores vayan a dar continuidad al proyecto, y puede que la operación se demore sin fecha hasta superar la actual crisis económica, como ya está pasando con el proyecto de Los Merinos.

A pesar de ello, desde el gobierno municipal se insiste en lo contrario, y se aprovecha el más mínimo argumento para anunciarlo como una inminente realidad. Incluso se publican en los medios de difusión municipal fotos del antiguo campo de fútbol donde se están removiendo grandes cantidades de tierra, -al parecer destinada a las obras que se ejecutan en las entradas de Ronda-. La imaginación es libre, deben pensar nuestros regidores, y siempre habrá quien suponga que corresponden a las obras de cimentación del prometido centro comercial. Sin Eroski, el gobierno municipal sabe que se queda sin argumentos para volver a prometer los mil y pico de empleos anunciados en su día.

No sería la primera vez que nuestros políticos nos toman el pelo antes de las elecciones. Hasta tres veces prometió el PSOE una autovía a la costa, -incluso la última vez se anunciaba su conclusión para el 2012-. Sin ir más lejos, el actual alcalde anunció el proyecto de un nuevo polígono industrial del que nunca más se supo. En Ronda, una ciudad que se define a sí misma como “Cuna del Toreo”, la cosa se antoja fácil. Me refiero a lo de las promesas preelectorales: El maestro toma la muleta, se lleva a capotazos a los votantes hasta el tendido número 5, -el del mes de mayo-, y allí termina la faena recortando con una hábil chicuelita que les hace dar de belfos contra la urna. Y luego, “tararí que te ví”.


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