Opinión

Maquinación (Manuel García Hidalgo)

Aunque el significado de maquinación tiene connotaciones y matices, no fáciles de abstraer y definir, es una de las primeras palabras que aprendí cuando niño porque era frecuente la pregunta de mi madre cuando estábamos pensando algo. ¿Qué estás maquinando? Equivalente a ¿qué fechoría estás tramando?. “Proyecto o asechanza artificiosa y oculta dirigida regularmente a mal fin”. Este es la definición y significado del diccionario. El mal a que se refiere el fin de la definición es exclusivamente mal ajeno al que maquina. Dicho en castellano, el que maquina siempre persigue beneficios y placeres propios tomando ventaja de todo cuanto está en su mano o mente en esos momentos. La inteligencia, muy valorada por cierto entre los de la raza humana, es un arma de dos filos porque si bien se pueden sacar beneficios de las personas inteligentes también se puede ser víctima de ella cuando se te vuelve en contra que casi siempre termina siendo así. Muy a colación viene el dicho de que “las cosas no son como empiezan sino como terminan”.

Es notorio que la gente inteligente en las relaciones de pareja tienen más éxitos que otros que no tenemos tanta, pero ocurre siempre que al final el que se las anda con seres tan despiertos termina siendo un dominado.

Hay que estar alerta para evitar ser víctimas de beneficiados que desde su posición generalmente de ventaja pretende fruto y ganancia sin ningún miramiento. Como agravante, este tipo de personas escala posiciones sociales amparadas en su misma maquinaria, por suerte llega el momento que hacen sombra a quien no deben y entonces se dan cuenta que como cualquier cristiano hijo de su madre, han engordado para morir.

La maquinación produce en el maquinador un estado de soledad en el que el sujeto, de forma deseada o involuntaria, carece de la compañía de otras personas consecuencia igualmente del individualismo, porque su cabeza no le permite fácilmente la mezcla. En el fondo hay un menosprecio o todo y a todos en mayor o menor grado

Aunque el término respeto se usa comúnmente en el ámbito de las relaciones interpersonales, también se aplica a las relaciones entre grupos de personas, entre países y organizaciones de diversa índole, podríamos decir que cuando el respeto interno falla se ven afectados otros valores que tenga el sujeto, no por su valor sino por el mal uso que de ellos se hace.

Uno de los ejercicios espirituales que hacen los budistas es el destinado a conseguir no proyectar su yo en todas las cosas y hechos que ve a su alrededor, en otras palabras, intentar desaparecer de todos los escenarios que se representan en nuestra< mente con lo cual desaparece el ego, ese yo que tanto desvirtúa las regiones humanas.

Cuando una persona es maquinadora, en su fuero interno es un egoísta irrespetuoso y su patrimonio tiende a ser cero porque según lo visto, en esta vida lo que se da es lo único que no se pierde. Siempre pasa lo mismo, hay que retrotraerse a la familia y al colegio que son los que nos inculcan los valores que son los parámetros con los que se forman los criterios. Las personas que comparten vidas, etapas o facetas de ella, participan igualmente de códigos a través de los sentidos que tienen como resultado el entendimiento. Lo dicho no es solamente válido para parejas, familias, compañeros o amigos, lo es igualmente en muchos ámbitos de la vida para personas que comparten países o culturas. Son como códigos establecidos, no escritos pero vivos, que también han ido cambiando con los tiempos.

Para reparar, se recurre a la vida afectiva que da a la existencia síquica una tonalidad de agrado mediante la relación de convivencia y atracción entre dos o más personas que comparten aspectos o épocas de sus vidas. Se participa de este modo de códigos a través de los sentidos que tienen como resultado el entendimiento y consecuentemente un mayor grado de paz y felicidad. Es muy curioso observar como el concepto de amistad o mas bien los sujetos objeto de esta relación personal cambia con el tiempo. Personas que llevan en este mundo ya un tiempo han podido comprobar que han tenido amigos de infancia, de colegio, de aventuras y en otras facetas de aspectos muy particulares y los han vivido de la misma forma en su momento, sin significar que después del tiempo hayan evolucionado de la misma forma y sigan siendo tan amigos.


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