Opinión

Un Sueño para los Saharauis (Nieves Flores Lobato)

En lo más recóndito del continente africano, soportando noches de inviernos gélidos y veranos con temperaturas abrasadoras de casi cincuenta grados. Han nacido en pleno desierto y para ellos nuestros “calurosos” meses de verano, son apenas temperaturas de primavera.

Miles de niños llegan a nuestro país cada año para pasar y vivir unas vacaciones diferentes, y en cierto modo, un poco alejadas de la dureza y pobreza extrema que soportan el resto del año en pleno desierto del Sahara.

Hace más de tres décadas, miles y miles de familias saharauis iniciaron su exilio y levantaron sus tiendas formando ya un inmenso campo de refugiados en la región argelina del Tindúf. Una larga espera por conseguir su mayor sueño: conseguir su propia independencia y libertad.

Abandonados a su suerte por las Resoluciones Internacionales, la retirada de las últimas tropas españolas y frenados por la ocupación marroquí desde finales de 1975-76, las ansias de independencia del pueblo saharaui crece por momentos encontrándose con el abandono, silencio y el incumplimiento del resto del mundo. Siendo conscientes de que la falta de apoyo por parte del gobierno marroquí de aceptar el referéndum sobre el futuro del pueblo saharaui y la comunidad internacional, por el momento los campamentos de refugiados amenazan por convertirse en provisionales.

Haciéndose eco desde hace tiempo de las carencias y dificultades que están pasando, cada vez se hace necesario mayor esfuerzo por conseguir pequeños objetivos y mejoras gracias a colectivos solidarios como la Asociación “Amigos del Pueblo Saharaui” (primera organización no gubernamental) creada con el fin de apoyar al pueblo saharaui en la defensa del derecho de auto-determinación e independencia; y, en nuestra localidad, con sede propia también cuentan con el apoyo incondicional y grato de la Asociación “Daira Arunda”.

Es de admirar el gran éxito conjunto del pueblo saharaui por el mero hecho de intentar levantar desde la nada un mejor futuro para las generaciones venideras, paliar las ya existentes carencias alimentarias y de sanidad, creando también escuelas y dispensarios… Aunque sin olvidarnos que sobreviven gracias a las donaciones de los muchos países que prestan su ayuda humanitaria que, por desgracia, en época de crisis se recorta.

En el año 1979, tenemos constancia, llegaron los primeros niños saharauis para pasar sus vacaciones a nuestro país. Hoy ya son cientos de miles los que vienen…

La crisis económica no ha impedido que muchas familias acogieran este año finalmente a los muchos niños que ilusionados esperan con ansia la llegada del verano para venir a España y, en estos casos, a nuestra comunidad andaluza.

Cierto es que, para los primerizos de ambos bandos (familias españolas y niños saharauis) es un gran reto, lo que para unos supone la dificultad del idioma, para otros se suma la propia nostalgia e incluso,  el proceso de adaptación para todos en una nueva experiencia que gratamente resultará inolvidable.

Los saharauis llevan muchos años esperando que Marruecos acepte finalmente un Referéndum donde se refleje y quede constancia de los cuatro puntos clave primordiales de todo este asunto: la propia libertad, independencia, autonomía e integridad del Sáhara. Por tanto, se hace de rogar que nuestro gobierno español apoye aún más al pueblo saharaui para que desde la propia democracia se consiga el tan perseguido sueño, evitando ante todo un posible conflicto bélico en la zona.

La última visita del enviado especial de la ONU en julio del pasado año 2009, parece relanzar la esperanza y pendientes de ella también, miles de familias españolas que cada verano acogen a estos niños del desierto gracias al Proyecto “Vacaciones en Paz”, llevado a cabo por Francisco Guerrero (Presidente de la Asociación Andaluza Solidaria con el Sáhara). Se trata de un programa estatal que desde el año 1993 profundiza en las relaciones de amistad con el pueblo saharaui. Los principios fundamentales de solidaridad, cooperación y colaboración son los pilares fundamentales que mueven a este proyecto que satisfactoriamente alegran e ilusionan cada caño a miles y miles de niños/as saharauis, siendo acogidos para pasar nuevas experiencias y olvidar por unos meses la dureza y dificultades de los campamentos…

Constatamos que, efectivamente, no se trata sólo  de un programa solidario de ayuda humanitaria sino que, también es un programa político puesto que persigue ese mismo sueño común de lucha por un “Sahara Libre”.

Para el pueblo saharaui, un elemento primordial es el de la propia dignidad y, además, la confianza ciega de que el futuro es de ellos. Ya pasen centenares de años, ellos lo único que están pidiendo es la justicia y por ello, seguirán confiando en la diplomacia así como en la Comunidad Internacional para que se solucione este conflicto de manera pacífica.

Y aunque las vacaciones de estos niños de la arena ya están llegando a su fin y dentro de poco tengan que volver a la cruda y difícil realidad del desierto, por encima de todo, seguirán sin perder la confianza y la esperanza de que algún día el sueño de todos se haga realidad.

Es por ello que he querido dedicar este escrito para recordarlos y sensibilizarnos un poco sin olvidarnos de la difícil situación que siguen sufriendo actualmente. Concienciarnos de ello es tarea de todos y ayudarles aportando un poco de nosotros mismos es el mejor regalo que por encima de todo, también merecen recibir.

El pueblo saharaui seguirá necesitando del apoyo de los medios de comunicación para que su reivindicación no esté callada ni apagada y tenga, por tanto, un elemento donde poder alzar su VOZ y hacerse “escuchar” al resto del planeta que, generalmente, permanece indiferente o en desconocimiento de la situación real por la que viven. Entro todos podemos hacer que el sueño por un “Sahara Libre” esté un poco más cerca, sólo depende del apoyo conjunto de cada uno de nosotros. Porque ellos también merecen un futuro mejor y ayudar realmente no cuesta nada, ¿verdad?


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te pedimos la "MÁXIMA" corrección y respeto en tus opiniones para con los demás

*