Opinión

La Pobreza del dinero (Manuel García Hidalgo)

La insatisfacción de necesidades básicas lo tenemos entendido como pobreza, el límite no está claro por no tener definido cual es el Umbral de lo básico y lo necesario. Se desprende de esta consideración que la pobreza o su antagónico, la riqueza que son los extremos de una misma cosa, siempre están en función de la base de referencia, es por tanto un listón móvil que llega a estar a veces por debajo de los límites de la subsistencia, cuando se muere por inanición ocasionada por falta de alimentos o en el otro extremo el suicidio empujado por trastornos ocasionados por problemas económicos sin que sea por no tener lo básico.

 Hace unos días íbamos en un coche y al lado de la carretera había una finca llana con un gran cortijo, me dijo mi acompañante, ejecutivo de empresa, hombre nada pobre, que si le tocara la primitiva se compraría una finca como aquella y muchos caballos para pasear por ella. Le pregunté entonces que cual era la diferencia a opinión de un tercero, entre dos caballistas que se cruzan en un camino, uno supuestamente un señerito montando a caballo y otro que llevaba agua de un pozo a la casa. El motivo del caballo será distinto para cada uno de ellos, uno se sentirá rico contemplando el paisaje a caballo y el otro seguramente se sentirá pobre llevando el agua con el caballo. De una misma situación hay dos abstracciones según la información sensorial que percibimos y con la que el cerebro ha elaborado la imagen.

Las medidas de pobreza relativa pueden producir resultados incoherentes cuando se mide poblaciones pequeñas o particulares. Por ejemplo, si la media del ingreso por hogar en una sociedad rica es de 1 millón cada año, entonces una familia que gane 100.000 se puede considerar como pobre en la escala de pobreza relativa, aun cuando dicha familia tendrá todas sus necesidades básicas satisfechas. Al otro extremo de la escala, si la mediana del ingreso de hogares en un barrio muy pobre comprende sólo el 50% de lo que se necesita para comprar alimentos, entonces una persona que cuyo ingreso sea igual a la media no se consideraría como pobre en la escala de pobreza relativa, aun cuando obviamente esa persona es pobre en una escala de pobreza absoluta.

 Se deduce con todo que la riqueza y la pobreza en valores relativos depende muchísimo de cómo se tenga integrado en la maquinaria mental. Visto está que desde la invención del dinero hasta nuestros días no se ha encontrado nada mejor que lo mejore o sustituya y mucho tiene la culpa el que por mucho que se tenga, nunca es suficiente. Este deseo de tener más y más hace que a veces surta el efecto contrario al pretendido y hace que la persona se empobrezca.

 Aunque el concepto de pobreza aparenta ser objetivo, está inmensamente más ligado a la subjetividad que a lo objetivo, podremos hablar entonces de riqueza y pobreza mental. ¿Está claro quien vivió mejor su vida, si un hombre prehistórico en la cueva de Altamira, un brasileño en su Favela o Juana la Loca en el Escorial?


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