Opinión

Unicaja, Maestranza, Moctezuma (Manuel Ramírez Troyano)

Ávidos por recoger dinero están nuestros políticos a fin de paliar esta pertinaz crisis; el bolsillo de la ciudadanía se ha convertido en el objetivo preferido para recaudar y los ciudadanos se defienden señalando otros sitios donde  recortar antes de bajar sueldos o subir impuestos. Este texto tiene la intención de aportar tres ideas de dónde Ronda podría obtener unos euros.

En marzo de 1991 culminó la fusión de la Caja de Ahorros de Ronda con otras entidades para formar Unicaja. Antes de esta fusión, además de la riqueza que la entidad generaba, se podía ver en muchos pueblos de la provincia innumerables actuaciones producto de la Obra Social. Ronda también se benefició de esta Obra Social. Hoy en día, Unicaja tan sólo destina a esta obra el 16,9 % de su beneficio, cuando  otras entidades similares destinan más del 30%, léase Caja Madrid, Caixa de Galicia o Cataluña, incluso el 42% que dedica La Caja de la Rioja. Este paupérrimo 16,9% aún resulta engañoso, al descubrir que incluye los 18 millones de euros que tiene de presupuesto su equipo profesional de baloncesto, pagar sueldos de dos millones de euros será deportivo, social no.

Esta mengua de inversión se viene repitiendo desde hace veinte años, por lo que deben a los ciudadanos dos décadas de atrasos.

Aquí en Ronda, de la Obra Social pueden enseñar el Museo Joaquín Peinado, pero lo que de verdad se ve son los colegios cerrados, las guarderías desaparecidas, los hogares de jubilado liquidados, el Hospital ahora es público, las becas desaparecidas, un Hotel Victoria privado, y el antiguo colegio sito en Padre Jesús, parte del patrimonio cultural y artístico de este pueblo cerrado y abandonado, esperando el final de su inevitable deterioro para hacerlo dinero contante y sonante.

La segunda idea tiene su origen el 19 de Julio de 1769, cuando la ciudad concedió el sitio para construir la Plaza de toros en el lugar que ocupa. Lugar que es parte de la dehesa del mercadillo, escriturada y otorgada en propiedad al pueblo de Ronda por Felipe IV en 1641. No existe lugar a discusión sobre la propiedad de los terrenos, ni sobre la cesión de los mismos, pero lo que habría que esclarecer es  quién debe gestionar el monumento.

El 20 de septiembre de 1983, no es una errata, la Maestranza de Caballería inscribe a su nombre la Plaza de toros en el registro de la propiedad de Ronda, casi una década antes de que este grupo se inscribiera en el registro de asociaciones sin ánimo de lucro. Una inscripción más que dudosa, al no estar suficientemente demostrado que los actuales maestrantes sean herederos directos de aquellos a los que se concedió el terreno en 1769. En 1983 no tenían ni siquiera entidad jurídica. ¿Cómo una inexistente organización pudo inscribir la Plaza de Toros a su nombre? Fuera como fuese, La Maestranza de Caballería hace un uso únicamente mercantil de la Plaza de Toros y lo hace en exclusividad, sin la participación de los poderes públicos, verdaderos propietarios de, al menos, la mitad del monumento y que a buen seguro podrían pleitear por la propiedad total del monumento.

Unos 900.000 turistas visitan Ronda cada año y no es aventurado decir que todos pasan por el coso, con unas entradas que oscilan entre cinco y seis euros, siendo  la cifra resultante cercana a los cinco millones de euros en ingresos.

Para la tercera idea hay que retroceder hasta el 9 de marzo de 1894, día en que ante el notario de Ronda se formaliza la escritura de creación de la Fundación Moctezuma, dedicada a la creación y sostenimiento de obras benéficas y al fomento de la instrucción en todos sus aspectos, a partir de las donaciones de Doña María Teresa Holgado.

Esta fundación continúa en activo, y cuenta entre sus propiedades la que durante tantos años fue la Escuela Hogar “El Castillo”. Entre los patronos de la Fundación y la clase política local tienen desde hace tiempo pergeñado un plan para convertirlo en un hotel, y la pregunta  surge inevitable: ¿cumple un hotel con las premisas de beneficencia e instrucción que dispuso la señora Holgado? A simple vista no, y un aula de hostelería dentro de tan  magno hotel no justifica el fin fundacional.  

Las fundaciones están regladas por ley y ésta penaliza con la extinción y posterior liquidación los incumplimientos fundacionales.

En este caso, la intención de construir un hotel donde debería haber una institución de enseñanza supone un claro incumplimiento.

Es lógico pensar que en estos tiempos las actividades de beneficencia no tienen la misma vigencia, por innecesarias, que a finales de 1800, pero el carácter social no debe perderse bajo ningún concepto. Si esta Fundación construye un hotel con cincuenta millones de presupuesto, los beneficios de esa operación deben recaer en su totalidad sobre el pueblo de Ronda. Si por el contrario, y como parece, esta opción no esta contemplada: extinción y liquidación.

Que estos temas no sean parte del debate político se debe a lo contaminado de nuestro Ayuntamiento, temas que son de público conocimiento, tan público como que los políticos locales no quieren pedir cuentas a UNICAJA para asegurarse un trabajo a la jubilación política, un cargo en sus órganos rectores o un crédito a condonar para sus formaciones políticas. No reclaman nuestros derechos en la Plaza de Toros por el viejo axioma del servilismo ante el poderoso y miserable ante el débil. El Castillo acabará siendo un hotel gracias a su  complicidad, y gratis, seguro que no lo hacen.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te pedimos la "MÁXIMA" corrección y respeto en tus opiniones para con los demás

*