Opinión

Educación

Jose Cabello.

Como cada año con el comienzo del curso escolar empezamos a hablar del mismo tema ¿Cómo está la educación? ¿Cuál es el problema? Porque, no nos engañemos, algo pasa y gordo, cuándo nuestros adolescentes y jóvenes no paran de salir en la página de sucesos de los periódicos y las noticias de televisión y radio abren con estos hechos.

No creo que la solución sea, simplemente, hablarle de usted a los profesores, o subirlos a éstos a las famosas tarimas que tenían antes. Yo soy de una generación en la que no sólo hablábamos de tú a los profesores, incluso fumábamos en algunas clases que el profesor lo hacía, eran otros tiempos. Pero no por eso le faltábamos el respeto a los profesores o profesionales que trabajaban en el centro de estudios, es más, los teníamos en algunos casos como ejemplo a seguir, no sólo a los maestros, también al bedel o la limpiadora que realizaban su trabajo y no tuvieron nunca el menor problema con ningún alumno, más allá de las travesuras de chavales jóvenes que no hacían daño a nadie. Creo que va más con el sistema educativo. Un sistema que le deja muy pocas opciones a los profesores y demás profesionales de la enseñanza, un sistema donde lo que dice el alumno es más importante que lo que diga el profesor, un sistema en el que el padre te puede recriminar por hablarle un poco “más alto” de lo normal a su hijo o hija.

Quizás si se hiciera un gran pacto de todos los partidos políticos, en el que con cada cambio de partido en el Gobierno no hubiera un cambio en el sistema educativo, la cosa fuera un poco mejor. A lo peor no se arreglaba nada, pero por lo menos quitaríamos un debate del foco de atención, en el que parece que los políticos sólo se ponen de acuerdo para subirse el sueldo a principio de cada legislatura y para irse, unos a otros y estos a aquellos, echándose la culpa de si en esta o aquella Comunidad Autónoma se funciona mejor. Puede que pasaran estas cosas, pero al menos sabríamos como atajarlas de raíz.


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