Ronda

El intenso calor convierte en un infierno el recorrido de los 101 Km

Un año más 7000 participantes han sufrido esta extenuante prueba, que ya forma parte de la élite de las carreras de resistencia.

 

Horrible, insufrible, asfixiante o durísima, han sido algunos de los calificativos que han puesto buena parte de los corredores que han participado en la prueba de los 101 KM en 24 horas que se disputó ayer por la Serranía de Ronda, aunque el domingo permanece abierto el control de meta hasta las once de la mañana.

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Los más de 7.000 participantes tomaron la salida neutralizada desde el campo municipal de deportes, bajo un cielo azul y un sol radiante que algunos agradecían, al recordar el tremendo sufrimiento que el pasado año les ocasionó el frío y la lluvia. Poco tardaron en arrepentirse, y es que el alabado sol tardó pronto se convirtió en su peor enemigo por los polvorientos carriles y veredas por las que discurrió la prueba. Precisamente, las altas temperaturas, que llegaron a rozar los 30 grados en algunos momentos del día, hicieron que los servicios médicos de la prueba tuviesen trabajo extra, debido numerosos desmayos, aunque ninguno de ellos de graves consecuencias.

Los más de 3.000 ciclistas fueron los primeros en adentrarse por los parajes de los cinco municipios por los que pasa la carrera, dejando una serpiente multicolor internacional que pocos querían perderse, siendo los mucho el público que se encontraba en las calles y los puntos más atractivos del recorrido. Detrás de los ciclistas el pelotón de marchadores, que este año rozaba los 2.500, y cuyos principales corredores pronto volvieron a poner de manifiesto que no siempre las máquinas superan al hombre. En los primeros 30 kilómetros de recorrido, los primeros diez marchadores ya habían doblado a buena parte de los ciclistas, que quedaban atónitos ante la imagen que estaban viviendo en las primeras horas de carrera.

Objetivo: lograr la meta
Entre este selecto grupo este año se encontraba un ramillete de profesionales, entre ellos, Triqui Beltrán, que ha sido el primer ciclista en cruzar la meta, con una registro que ha estado sobre las 3 horas y 40 minutos.

No obstante, son muy pocos los elegidos para estar en la élite de las dos modalidades, y es que la mayoría de los participantes acuden con la única intención de llegar a la meta ubicada en el céntrico parque rondeño de la Alameda del Tajo.

El compañerismo se  impone en el recorrido, donde son muchos los momentos es lo que es necesario un grito de aliento o el ayudar al compañero ante una avería o alguna de las múltiples caídas que se suelen producir.

 

Tampoco nos podemos olvidar de aquellos que intentan completar los 101 kilómetros de recorrido de un modo especial, como los dos corredores que han tratado de hacerlo en una mezcla entre monopatín y bicicleta, además algunos militares han decidido afrontar la carrera con su uniforme de campaña.

A pesar del esfuerzo, no todos han logrado su objetivo de llegar a meta, y muchos se han quedado en mitad del recorrido, donde han decidido abandonar y esperar a la próxima edición para realizar una mejor preparación para alcanzar la meta.

Magnífico trabajo de La Legión
Para hacer posible la prueba, La Legión hace un impresionante despliegue humano y de medios materiales, lo que le aporta uno de los aspectos más destacados, la seguridad y la buena organización de la misma. El dispositivo que hace posible el normal desarrollo está integrado por más de 1.000 personas, de las que 750 son legionarios.

 

Nada queda a la improvisación, y uno de los aspectos más importantes es el de la atención y avituallamiento de los participantes en carrera, para lo que se utilizarán  2 camiones aljibes de 15.000 litros, 12 remolques aljibes de 2.000 litros, 27 camiones, 6 autobuses, 30 vehículos ligeros, 6 motos todoterreno, 10 grupos electrógenos, 25 tiendas modulares y 200 mesas con capacidad para 10 personas cada una.

La magnitud de la carrera también se refleja de forma clara en las cantidades de alimentos que se suministrarán en los puntos de avituallamiento, donde está previsto distribuir 20.200 litros de agua, 13.500 litros de bebidas isotónicas, 40.000 naranjas, 35.000 plátanos, 9.000 dulces, 15.000 barritas energéticas, 2.300 tabletas de chocolate y 3.000 Donuts, que han sido de gran ayuda para sobrellevar el calor y la dureza de la XII edición de esta ya mítica prueba.

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