Cultura y Sociedad

Cuando el arte de tocar la guitarra también se aprende

La Asociación ‘Abul-Beka’ ofrece cursos de guitarra a cargo del artista rondeño Rafael Reyes donde jóvenes y mayores aprenden este arte.

 

Conocida es la pregunta de si el artista nace o se hace. E igual de sabida es la respuesta de que, aunque se pueda nacer con más o menos capacidad, cualquier artista debe tener una formación detrás para poder conseguir llegar a una meta.

No sabemos si los alumnos de estos cursos quieren convertirse en artistas de renombre pero, lo que sí es evidente, es que arte les sobra, disposición tienen más que suficiente y, además, cuentan con un profesor que sabe mucho lo que es el arte porque le rebosa por los cuatro costados.

Hablamos de los cursos de guitarra que forman parte de la amplia oferta de aprendizaje artístico de la Asociación ‘Abul-Beka’.

Al frente de ellos se encuentra una persona que lleva años sobre los escenarios y que es un referente entre el mundo artístico rondeño, Rafael Reyes que ha empezado este año con la aventura de compartir con los demás un poco de su arte y sus conocimientos en el toque de este instrumento tan nuestro.

Son cursos dedicados a personas de todas las edades ya que hay alumnos desde ocho años, pasando por un grupo de alumnos de unos trece años, hasta personas adultas que se toman el aprendizaje como algo más serio pensando incluso en un futuro profesional. Rafael nos cuenta que para él, la relación con los alumnos es algo fundamental y la conexión con ellos es muy buena desde el principio. El reto es importante porque la mayoría comenzó hace muy pocos meses sin tener nociones de ningún tipo a la hora de tocar la guitarra “y ahora te pueden tocar perfectamente por alegrías, tangos o bulerías”. Lo más complicado para el principiante “es el miedo que tienen al instrumento que siempre intento quitar con mucho cariño y dejando claro que lo más importante es que en estos cursos el principal objetivo es disfrutar”.

Los cursos se dan de lunes a viernes en dos sesiones por la tarde y en diferentes horarios y cada alumno imparte dos horas semanales. Según Rafael, “si le pone empeño y practica lo suficiente, una persona que nunca ha tocado la guitarra, puede empezar a tocar en unas cuatro clases”.

Obviamente el arte es algo con lo que se nace, pero este tipo de cursos ayudan a aprender que, además de eso, una buena formación es imprescindible.


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