Cultura y Sociedad

La ‘aventura americana’ de los Coros y Danzas en 1991 (I)

Los rondeños viajaron hasta la capital del estado norteamericano de Idaho donde descubrieron el estilo de vida americano.

 

Después de recorrer prácticamente medio mundo mostrando su arte en países de varios continentes a los Coros y Danzas de Ronda les llegó el momento de vivir su particular ‘aventura americana’. Durante el verano de 1991 los rondeños viajaron hasta la capital del estado norteamericano de Idaho, Rexburg, para participar en el festival folclórico de la ciudad en el que se dieron cita grupos de países como Brasil, China, India, Italia o la Unión Soviética.

Después de salir del aeropuerto de Madrid y, tras varias escalas, los rondeños aterrizaron en el aeropuerto de Saltlake City, donde les esperaba un autocar en el que se desplazaron hasta la ciudad que les esperaba y donde se celebraba la sexta edición del ‘Idaho International Folk Dance Festival’, organizado por la Universidad del estado mormón. Nada más llegar los rondeños se encontraron con la primera sorpresa ya que el colegio mayor de la Universidad, donde se debían alojar, se encontraba en obras, pero la perfecta organización del festival ya tenía el problema solucionado y repartieron a los artistas, en parejas, por casas particulares de familias de la ciudad, donde fueron atendidos con enorme cariño y como unos miembros más de la familia. Otro contratiempo que se encontraron, pero que también salvaron sin problemas, fue el retraso en la llegada de las guitarras del grupo que no estuvieron en las manos de los Coros y Danzas hasta un día después de lo previsto. Nada más llegar, todos los grupos participantes debían formar parte de una impresionante cabalgata, a lo grande como es propio de los norteamericanos, donde los rondeños participaron cantando, pero sin música, salvando el obstáculo brillantemente. El resto de actuaciones en el festival de Idaho se realizaron en teatros, inmensos parques y en la propia universidad, contando en todas las actuaciones con una enorme participación de público, ya que toda la comunidad se implicaba por completo, tanto en la organización como en la participación en el festival.

Además de sus bailes y cantes, los Coros y Danzas llevaron a Estados Unidos un trocito de la cultura española ya que la participación en este festival también les daba la oportunidad de llevar productos típicos de cada país participante e incluso se invitaba a cada grupo a cocinar platos tradicionales para así descubrirlos y darlos a conocer. Además de alguna que otra tortilla de patatas que se degustó en las casas donde los artistas se alojaron, la comida elegida por el grupo rondeño  fue el tradicional gazpacho, que preparó Pilar Becerril, quien acompañó al grupo junto con otros rondeños voluntarios para encargarse de esta muestra y venta de productos españoles. Tanto gustó el plato andaluz que hasta en los periódicos se publicó un verso en el que se destacaban las delicias de la receta que llevaron los rondeños. En el stand de productos no faltaron camisetas, abanicos y otros productos típicos españoles que fueron vendidos en su totalidad gracias al trabajo perfecto de los encargados de tan singular faena que, por cierto, no sabían que tendrían que lidiar con un toro, pero no en una plaza, sino en un rodeo…pero eso lo contaremos la próxima semana.


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