Opinión

El aprendiz de brujo

Antonio Sánchez Martín.

Vaticinar el futuro es cosa arriesgada, más propia de augures que de analistas responsables, porque siempre fue más fácil explicar lo sucedido que anticipar lo que está por ocurrir. A pesar de todo, en este artículo ejerceré de aprendiz de brujo al estimar por donde puede transcurrir la política rondeña de aquí a las próximas elecciones. Como en “El retorno de los brujos”, libro de Jacques Bergier y Louis Pauwells, traducido al español por Plaza y Janés, comulgo con la tesis de -que si durante todo el siglo XIX y buena parte del XX la sabiduría estuvo consagrada por la ciencia, a finales del siglo XX regresaría de nuevo el interés por la magia. Que tras el protagonismo absoluto del materialismo y la lógica, lo extraño y misterioso volvería a contar para la humanidad-. “Estamos en relación mágica con el universo, pero lo hemos olvidado, afirma el autor del libro en más de una ocasión. Miro pues mi propia -bola de cristal- y esto es lo que veo:

En una “ciencia” tan inexacta como la política dos años y medio son toda una eternidad, y hacer tan prematuros vaticinios resulta casi siempre temerario, pero el rumbo incierto que ha tomado nuestro ayuntamiento invita al ejercicio esotérico para intentar en lo posible prever el final de tan preocupante situación; toda vez que el Partido Andalucista, tal y como ahora le conocemos, parece abocado a su desaparición o cuanto menos relegado al ostracismo durante una larga temporada, lugar donde le situaron sus votantes en las pasadas autonómicas por culpa de su errática política de pactos, casi siempre argumentada por –trincar el poder- a cualquier precio.

Prueba de ello es la caótica situación que vive el consistorio rondeño durante los últimos cinco años, donde el PA ha sido artífice de pactos, mociones de censura y destituciones –impredecibles- por tal de alcanzar y mantenerse en el poder a toda costa. La moción de censura planteada estos días en Gaucín confirma lo dicho: Allí el PA no ha tenido reparos en pactar con un concejal díscolo del PP para recuperar el gobierno municipal. Tampoco ha importado que sus concejales estén imputados en procesos judiciales por malversación pública y diversos delitos urbanísticos (sentencia actualmente recurrida), y tampoco la secretaría provincial del partido –que ostenta Marín Lara- se ha opuesto al pacto.

En Ronda, en la última década, los andalucistas han sido árbitros de las diferentes combinaciones post-electorales y su desaparición simplificará a largo plazo el panorama político municipal, -ya que todo parece indicar que Marín Lara rendirá Ronda a los jerarcas socialistas-, que de este modo se aseguran su gobierno por tiempo indefinido, dado el importante suelo de votos que cosechan en la ciudad. No será de balde, y aunque muchos creen que en las próximas municipales nuestro regidor volverá a optar a la alcaldía encabezando la candidatura socialista, existen otras alternativas de “gratificación” que evitarían el más que probable voto de castigo que muchos rondeños le tienen reservado.

En recientes declaraciones a la prensa, nuestro alcalde se mostraba dispuesto a encabezar un nuevo proyecto político si lograba recabar el apoyo electoral suficiente como para obtener trece o catorce concejales. Con el actual estado de opinión que reina en la ciudad esta alternativa se antoja por ahora imposible, porque una candidatura socialista que integrara al éxodo andalucista no equivale matemáticamente a la suma de los votos que obtuvieron ambos partidos en las pasadas municipales.

Los socialistas lo saben, y conocen además la incomodidad que causaría la presencia del imprevisible Marín en el seno de su agrupación local, -ya dividida de antemano-, aunque en época de bonanza política esas asperezas se limen gracias al bálsamo del poder y a las prebendas que conlleva.
Posiblemente en el PSOE opten por una solución alternativa y ofrezcan a Marín Lara un cargo en alguna Consejería de la Junta, -que bien pudiera ser la de Turismo y Deportes-, algo que favorecería el mismo Juan Fraile (que ostentó durante años la presidencia del Patronato de Turismo de la Costa del Sol y quien además, en esas fechas, seguirá siendo europarlamentario), apoyo que le brindaría gustoso por tal de sacudirse a tan incómodo compañero de partido. Probablemente, Marín también aceptaría encantado, porque así elude el voto de castigo de los rondeños y porque le permitiría alcanzar la misma notoriedad política que antaño tuvo su principal rival andalucista: Juan Harillo.

Decía Maquiavelo que “el gobernante debía de ser ferocísimo león y astutísima zorra”, y si algo está claro es que Marín Lara pretende continuar en el poder a toda costa. Hasta ahora no se le conocen “límites” para alcanzarlo, y tampoco parece dispuesto a soportar el “síndrome de abstinencia” que provoca la jubilación forzosa que dictaron los votantes contra su partido y contra él mismo como candidato andalucista que fue por Málaga en las últimas autonómicas. Desde entonces sus actos son erráticos y buscan con descaro los brazos socialistas para garantizarse su propio futuro político. Sus compañeros lo saben: Unos pretenden seguir -chupando del bote- y cruzarán el Jordán hacia tierras socialistas detrás de su mesías. Otros, más críticos, y sobre todo más éticos, intentan izar de nuevo la bandera andalucista con la conciencia tranquila. A éstos últimos, mucha suerte: tienen mi admiración por enfrentarse a tan temible y maquiavélico “león”. A los otros, cuidado: la ambición acabó convirtiendo a Judas en traidor de sus propios compañeros.

A altas horas de la madrugada, exhausto por el insomnio, tapo por hoy mi particular bola de cristal. Este aprendiz de brujo no sabe interpretar a ciencia cierta tantas incertidumbres, pero la visión de lo que ve le estremece y un sudor frío corre por su espalda. Por ahora es cuanto puedo contar… El tiempo, como siempre, otorgará o quitará razones.


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